Números 8 – Las lámparas del candelabro y la consagración de los levitas
Números 8 enseña sobre la pureza, la luz y el servicio consagrado al Señor.
El candelabro iluminando continuamente recordaba que Dios es luz que nunca se apaga y que Su presencia guía al pueblo en medio de la oscuridad.
De igual manera, los levitas consagrados eran testimonio de que servir a Dios exige limpieza, entrega y obediencia total.
La purificación de los levitas muestra que antes de servir a Dios, primero debemos ser limpiados por Él.
Ninguno puede ministrar sin haber sido primero santificado.
Sus cuerpos rasurados, sus ropas lavadas y sus manos impuestas por el pueblo representaban una vida completamente dedicada al Señor.
La edad del servicio (de 25 a 50 años) nos enseña que Dios valora el equilibrio entre vigor y madurez, y que hay tiempos para servir activamente y tiempos para apoyar a otros.
Finalmente, este capítulo apunta a Cristo, quien es tanto la Luz verdadera como el Siervo perfecto.
Él fue consagrado desde antes de nacer, vivió en pureza absoluta y ofreció Su vida como sacrificio de obediencia.
Por medio de Su Espíritu, ahora nosotros somos llamados a reflejar esa luz y a servir con corazones limpios, como levitas espirituales en el templo vivo de Dios (1 Pedro 2:9).
- Las lámparas del candelabro (Números 8:1-4)
- Jehová habló a Moisés y le instruyó que dijera a Aarón cómo debía colocar las lámparas del candelabro de oro puro (v.1-2).
- Las siete lámparas debían alumbrar hacia la parte delantera del candelabro, iluminando el área del tabernáculo donde se encontraba la mesa de los panes (v.2).
- El candelabro fue hecho de oro labrado, según el modelo que Jehová mostró a Moisés en el monte (v.4).
- La luz del candelabro simbolizaba la presencia continua de Dios y la luz de Su verdad en medio del pueblo.
- En el Nuevo Testamento, Cristo se revela como la Luz del mundo (Juan 8:12), cumpliendo el significado espiritual de este símbolo.
2. La purificación y consagración de los levitas (Números 8:5-14)
- Jehová ordenó que los levitas fueran purificados antes de comenzar su servicio:
- Debían rociarse con agua purificadora.
- Rasurarse todo el cuerpo y lavar sus vestidos, simbolizando una purificación total (v.7).
- Debían rociarse con agua purificadora.
- Luego debían presentar dos becerros: uno como sacrificio por el pecado y otro como holocausto (v.8).
- Aarón los presentaba delante de Jehová, y los hijos de Israel ponían sus manos sobre los levitas, indicando que ellos representaban al pueblo ante Dios (v.9-10).
- Aarón ofrecía a los levitas como ofrenda mecida delante de Jehová, separándolos para el servicio del tabernáculo (v.11).
- De esta manera, los levitas eran entregados al Señor en lugar de los primogénitos de Israel (v.14).
- Su servicio era una expresión viva de redención: el pueblo había sido comprado por Dios, y los levitas eran Su porción consagrada.
3. El servicio asignado a los levitas (Números 8:15-22)
- Una vez purificados, los levitas entraban a servir en el tabernáculo bajo la supervisión de Aarón y sus hijos (v.15).
- Eran dados enteramente a Dios para ayudar en el ministerio sacerdotal, pero sin asumir funciones del sacerdocio (v.16-19).
- Servían como mediadores prácticos, encargados del mantenimiento, transporte y asistencia en las tareas sagradas.
- Después de ser ofrecidos como ofrenda viva, Dios los aceptó y los bendijo, y el pueblo obedeció todas las instrucciones (v.20-22).
4. El período del servicio levítico (Números 8:23-26)
- Jehová establece que los levitas entrarían al servicio activo desde los 25 años hasta los 50 años (v.24-25).
- A partir de los 50 años, cesaban del trabajo pesado pero podían ayudar a sus hermanos en tareas de apoyo (v.26).
- Esto garantizaba que el servicio sagrado fuera realizado con fuerza, sabiduría y orden, sin descuidar la dignidad ni el descanso de los siervos.
Versículo clave Números 8:
Y Jehová habló a Moisés, diciendo: Habla a Aarón y dile: Cuando encendieres las lámparas, las siete lámparas alumbrarán hacia adelante del candelero. Números 8:1-2
En este capítulo, Dios da instrucciones sobre el encendido del candelero y la consagración de los levitas para el servicio del tabernáculo. El candelero debía iluminar hacia adelante, proyectando su luz sobre el Lugar Santo, donde se realizaba la adoración diaria. Esto simbolizaba la luz de la presencia de Dios, que guía y revela el camino correcto para su pueblo.
El versículo clave destaca que las lámparas debían alumbrar hacia adelante, una imagen poderosa de cómo la luz de Dios no solo ilumina nuestro presente, sino que nos muestra el futuro, dirigiendo nuestros pasos. Así como Aarón debía mantener las lámparas encendidas continuamente, también nosotros somos llamados a mantener la luz de Cristo brillando en nuestras vidas.
Más adelante, el capítulo describe la purificación y dedicación de los levitas. Ellos fueron apartados para servir exclusivamente en la presencia de Dios. Este acto nos recuerda que el servicio a Dios requiere limpieza, consagración y obediencia. En Cristo, todos somos llamados a servir bajo esa misma luz, reflejando su gloria en el mundo.
Oración:
Señor, gracias porque tu luz guía mis pasos y disipa toda oscuridad. Ayúdame a mantener encendida la lámpara de tu presencia en mi vida. Purifícame y conságrame para servirte con fidelidad, llevando tu luz a los que viven en tinieblas. Que mis palabras y acciones iluminen a otros y reflejen tu amor. En el nombre de Jesús, Amén.