Contenido
Génesis 8 – El Fin del Diluvio y la Restauración de la Tierra
1. Dios se Acuerda de Noé (Génesis 8:1-5)
«Y se acordó Dios de Noé, y de todos los animales, y de todas las bestias que estaban con él en el arca» (v.1).
Dios no olvidó a Noé. Después de tantos días de juicio, el Señor hizo que un viento pasara sobre la tierra, y las aguas comenzaron a disminuir. Las fuentes del abismo y las cataratas del cielo se cerraron, y poco a poco las aguas se retiraron. El arca descansó sobre los montes de Ararat mientras las aguas seguían bajando.
2. Noé Espera Pacientemente la Señal de Dios (Génesis 8:6-14)
«Y esperó aún otros siete días, y volvió a enviar la paloma fuera del arca» (v.10).
Noé abrió la ventana del arca y envió un cuervo que iba y venía hasta que las aguas se secaron. Luego envió una paloma, pero no encontró dónde posar su pie y regresó al arca. Tras esperar siete días, Noé envió de nuevo la paloma, que esta vez volvió con una hoja de olivo, señal de que las aguas habían bajado. Finalmente, después de otros siete días, la paloma no regresó, lo que confirmó que la tierra estaba seca.
3. Dios Ordena Salir del Arca (Génesis 8:15-19)
«Entonces habló Dios a Noé, diciendo: Sal del arca tú, y tu mujer, y tus hijos, y las mujeres de tus hijos contigo» (v.15-16).
Cuando la tierra estuvo seca, Dios ordenó a Noé que saliera del arca junto con su familia y todos los animales. Así comenzó un nuevo capítulo para la humanidad y la creación.
4. Noé Ofrenda a Dios (Génesis 8:20-22)
«Y edificó Noé un altar al Señor» (v.20).
Lo primero que hizo Noé al salir fue construir un altar y ofrecer sacrificios al Señor. Dios se agradó del olor y prometió nunca más maldecir la tierra por causa del hombre, ni volver a destruir a todos los seres vivientes con un diluvio. Además, el Señor estableció que mientras la tierra permanezca, no cesarán la siembra y la cosecha, el frío y el calor, el verano y el invierno, el día y la noche.
Versículo clave de Génesis 8:
Y Noé edificó un altar a Jehová, y tomó de todo animal limpio y de toda ave limpia, y ofreció holocausto en el altar. Génesis 8:20
Este versículo muestra la acción de gratitud y adoración de Noé después de salir del arca, tras el diluvio. Noé, al ser salvado de la destrucción, reconoce el favor y la misericordia de Dios y responde con un sacrificio de alabanza. Al ofrecer un holocausto, Noé no solo obedeció la ley de sacrificios que Dios estableció, sino que también demostró su gratitud y reverencia hacia el Creador, reconociendo que su salvación era un regalo divino.
Este acto nos recuerda la importancia de la adoración y gratitud a Dios por Su fidelidad y por Su salvación. A lo largo de nuestra vida, debemos hacer de la alabanza y adoración un acto constante de reconocimiento de Su bondad y misericordia, y un medio para renovar nuestra relación con Él.
Oración:
Señor, gracias por Tu misericordia y por la salvación que me has dado. Ayúdame a vivir cada día con un corazón agradecido, ofreciéndote mi vida como sacrificio de alabanza. Que en todo lo que haga, refleje Tu gloria y Tu fidelidad. En el nombre de Jesús, Amén.