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Génesis 43 – El viaje de regreso a Egipto con Benjamín
Génesis 43 nos muestra cómo Dios está preparando el terreno para la reconciliación final:
- La insistencia de Judá marca un cambio en su carácter: ahora está dispuesto a dar su vida por su hermano menor.
- Jacob aprende a soltar y confiar en Dios, aunque su corazón todavía teme perder a otro hijo.
- José, aunque aún oculta su identidad, muestra compasión y cariño hacia Benjamín, dejando ver que sus acciones están motivadas por amor y no por venganza.
Este capítulo nos recuerda que la restauración de relaciones rotas muchas veces pasa por momentos de tensión, pruebas de confianza y gestos de gracia antes de llegar al perdón completo.
1. La escasez obliga a Jacob a tomar una decisión (Génesis 43:1-10)
- El hambre se agrava en Canaán, y cuando se acaba el grano, Jacob pide a sus hijos que vuelvan a comprar alimento (v.1-2).
- Judá responde que no pueden regresar sin Benjamín, pues el hombre (José) lo exigió (v.3-5).
- Jacob lamenta que le hayan hablado de Benjamín al hombre, y Judá le ofrece su garantía personal:
“Yo seré su fiador; de mi mano lo demandarás” (v.9).
- Judá insiste en que, si no hubieran demorado, ya habrían ido y vuelto dos veces (v.10).
2. Jacob accede y envía regalos (Génesis 43:11-14)
- Jacob finalmente cede, instruyéndolos a llevar: lo mejor de la tierra (bálsamo, miel, especias, mirra, nueces y almendras) como regalo para el gobernador (v.11).
- También deben llevar el dinero que fue devuelto, además del nuevo pago (v.12).
- Jacob ora diciendo:
“El Dios Omnipotente os dé misericordia delante de aquel varón”, pero también se resigna:
“Si he de ser privado de mis hijos, séalo” (v.14).
3. El recibimiento en Egipto (Génesis 43:15-25)
- Al llegar con Benjamín, José ordena que los lleven a su casa y preparen comida (v.16).
- Los hermanos, temerosos, piensan que es por el dinero devuelto y que serán apresados (v.18).
- Explican la situación al mayordomo, quien les responde:
“Vuestra plata me fue entregada… vuestro Dios y el Dios de vuestro padre os dio el tesoro” (v.23).
- Simeón es liberado, y se les da agua para lavarse y alimento para sus asnos (v.24).
4. La comida con José (Génesis 43:26-34)
- Al entrar José, ellos le presentan los regalos y se inclinan ante él (v.26).
- José pregunta por la salud de su padre y al ver a Benjamín, dice:
“Dios tenga misericordia de ti, hijo mío”, y se retira para llorar (v.27-30).
- Luego, comen separados: José solo, los egipcios aparte y sus hermanos aparte, por las costumbres egipcias (v.32).
- Los coloca en la mesa en orden de nacimiento, causando asombro, y a Benjamín le da cinco veces más porción que a los demás (v.33-34).
Versículo clave de Génesis 43:
Y Dios omnipotente os dé misericordia delante de aquel varón, y os suelte al otro vuestro hermano, y a este Benjamín. Y si he de ser privado de mis hijos, séalo. Génesis 43:14
En medio de la crisis por la hambruna, Jacob se ve obligado a tomar una decisión que le rompe el corazón: permitir que Benjamín, su hijo menor y más amado después de José, viaje a Egipto con sus hermanos. Sabe que existe el riesgo de perderlo, pero también que sin él no podrán conseguir más alimento ni liberar a Simeón, que quedó retenido.
Las palabras de Jacob reflejan una entrega total a la voluntad de Dios. Reconoce que solo el Señor omnipotente puede mover el corazón de aquel gobernante (José, aunque él aún no lo sabe) para mostrar misericordia. Al mismo tiempo, acepta que, si ha de sufrir pérdida, sea como Dios lo permita.
Este versículo nos enseña una lección profunda: hay momentos en los que debemos soltar lo que más amamos y confiar en que Dios cuidará de ello. La fe no es solo creer que Dios puede bendecirnos, sino también rendir lo más valioso en nuestras manos y aceptar su voluntad, incluso si no coincide con nuestros planes.
Jacob, que en el pasado había tratado de controlar las circunstancias con astucia, ahora se ve forzado a descansar en la soberanía de Dios. Su rendición abre el camino para una de las reconciliaciones más hermosas en toda la Biblia.
Oración:
Señor, ayúdame a confiar en ti cuando me pides que suelte lo que más amo. Enséñame a descansar en tu poder y tu misericordia, creyendo que tú cuidas de aquello que pongo en tus manos. Dame la fe para aceptar tu voluntad, incluso cuando me cueste entenderla. Que en los momentos de incertidumbre pueda decir, como Jacob, que mi vida y mis seres queridos están en tus manos. En el nombre de Jesús, Amén.