Biblia Devocional en 1 Año: Génesis 15

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Génesis 15 – El Pacto de Dios con Abram y la Promesa de una Descendencia Numerosa

Génesis 15 es uno de los capítulos más significativos del Antiguo Testamento, porque establece el pacto incondicional entre Dios y Abram.

  • La fe de Abram es reconocida por Dios como justicia, lo cual establece un modelo fundamental para toda la Escritura: la salvación es por fe, no por obras.
  • Dios no solo promete, sino que confirma su palabra con un pacto visible y solemne, revelando su fidelidad absoluta.
  • También anticipa que el cumplimiento de la promesa implicará espera, sufrimiento y formación, pero con un final glorioso.

Este capítulo nos enseña que Dios es fiel a sus promesas, incluso cuando su cumplimiento parece lejano o improbable, y que la verdadera justicia proviene de confiar en Él.

1. Dios Reafirma Su Promesa a Abram (Génesis 15:1-6)

  • Después de los eventos anteriores, Dios le dice a Abram en visión:
    “No temas, Abram; yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande” (v.1).
  • Abram responde expresando su preocupación por no tener hijos, y que su heredero será Eliezer de Damasco (v.2).
  • Dios le asegura:
    “No te heredará éste, sino un hijo tuyo será el que te heredará” (v.4).
  • Luego lo lleva fuera y le dice:
    “Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar… Así será tu descendencia” (v.5).
  • Y dice la Escritura:
    “Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia” (v.6).

Este pasaje subraya que la fe de Abram es la base de su justificación delante de Dios, anticipando la doctrina de la salvación por fe.

2. Confirmación de la Tierra Prometida (Génesis 15:7-11)

  • Dios le recuerda a Abram que Él lo sacó de Ur para darle esta tierra en posesión (v.7).
  • Abram pregunta:
    “¿En qué conoceré que la he de heredar?” (v.8), y Dios le indica que prepare un sacrificio con animales específicos (v.9).
  • Abram los prepara, los parte por la mitad (excepto las aves), y ahuyenta a las aves de rapiña que descendían sobre ellos (v.10-11).

Aquí comienza un rito solemne con el que Dios sellará su promesa de manera visible y formal.

3. Profecía sobre la Descendencia de Abram (Génesis 15:12-16)

  • Al caer el sol, un profundo sueño cae sobre Abram, y lo invade una gran oscuridad de temor (v.12).
  • Dios le anuncia que su descendencia será extranjera en tierra ajena, esclavizada y oprimida por cuatrocientos años, pero que luego saldrá con gran riqueza (v.13-14).
  • También le promete que morirá en paz, en buena vejez, y que en la cuarta generación volverán a esa tierra, porque la maldad de los amorreos aún no ha llegado a su colmo (v.15-16).

Esta parte revela que el cumplimiento de la promesa incluye un proceso con sufrimiento, espera y fidelidad divina.

4. El Pacto Ratificado con Señal Visible (Génesis 15:17-21)

  • Cuando cae la noche, aparece un humo como de horno y una antorcha de fuego que pasa entre los animales divididos (v.17).
  • En ese día, Jehová hizo un pacto con Abram, diciendo:
    “A tu descendencia daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el gran río Éufrates” (v.18).
  • Se enumeran las naciones que habitan la tierra prometida: ceneos, cenezeos, cadmoneos, heteos, ferezeos, refaítas, amorreos, cananeos, gergeseos y jebuseos (v.19-21).

Dios sella su promesa con un pacto solemne, dejando claro que la tierra pertenece a la descendencia de Abram por derecho divino.

Versículo clave de Génesis 15:

Después de estos hechos, vino la palabra de Jehová a Abram en visión, diciendo: No temas, Abram; yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande. Génesis 15:1

Este versículo se encuentra en un momento de incertidumbre en la vida de Abram, quien, después de haber rescatado a su sobrino Lot y experimentado un gran triunfo, se encuentra con temores sobre su futuro. Dios se le revela y le ofrece una palabra de aliento y seguridad: no debe temer porque Dios es su escudo, es decir, su protector, y su galardón será sobremanera grande, prometiéndole bendiciones abundantes.

Este pasaje nos recuerda que, cuando enfrentamos momentos de duda o miedo, Dios está siempre presente para guiarnos y protegernos. Aun cuando no podamos ver el futuro con claridad, Él nos asegura que su propósito para nosotros es bueno y que su fidelidad nunca nos fallará. La promesa de Dios no es solo de protección, sino de una recompensa que supera todo lo que podemos imaginar.

Este versículo también nos invita a confiar en la promesa de Dios, sabiendo que Él tiene un plan para nuestra vida, aunque no siempre veamos todos los detalles.

Oración:

Señor, gracias porque Tú eres mi escudo y protector. Ayúdame a confiar en Tu plan, incluso cuando el futuro sea incierto o mis miedos me agobien. Dame paz y la certeza de que Tú siempre estás conmigo, y que Tu propósito para mi vida es mucho mayor de lo que puedo imaginar. En el nombre de Jesús, Amén.