Éxodo 9 – Plagas sobre el ganado, las úlceras y el granizo
Éxodo 9 revela tres verdades claves:
- Dios hace distinción entre Su pueblo y los egipcios: mientras Egipto sufre ruina, Israel permanece bajo protección.
- El poder de los magos y de la religión egipcia queda anulado: ya no pueden imitar ni resistir las plagas.
- Faraón muestra un arrepentimiento superficial: confiesa pecado bajo presión, pero tan pronto cesa el juicio, vuelve a endurecerse.
Este capítulo enseña que Dios es soberano sobre la vida, la salud y la naturaleza. Su propósito es claro: que Su nombre sea proclamado en toda la tierra y que todos reconozcan que Él es el único Señor.
1. Quinta plaga: peste en el ganado (Éxodo 9:1-7)
- Moisés anuncia a faraón:
“Jehová, el Dios de los hebreos, dice: Deja ir a mi pueblo, para que me sirva” (v.1).
- Si rehúsa, una pestilencia gravísima caerá sobre el ganado de Egipto: caballos, asnos, camellos, vacas y ovejas (v.2-3).
- Dios hace distinción: el ganado de Israel no será tocado (v.4).
- Al día siguiente, todo el ganado de Egipto muere, pero el de los israelitas queda a salvo (v.6).
- Faraón investiga, confirma la diferencia, pero endurece su corazón (v.7).
2. Sexta plaga: úlceras (Éxodo 9:8-12)
- Jehová manda a Moisés y Aarón tomar ceniza de un horno y esparcirla hacia el cielo delante de faraón (v.8).
- La ceniza se convierte en sarpullido con úlceras sobre hombres y bestias (v.9-10).
- Los hechiceros no pueden permanecer ante Moisés por las úlceras, y se evidencia su impotencia (v.11).
- Jehová endurece el corazón de faraón y este no escucha (v.12).
3. Séptima plaga: granizo (Éxodo 9:13-35)
- Moisés advierte a faraón:
“Jehová, el Dios de los hebreos, dice: Deja ir a mi pueblo, para que me sirva” (v.13).
- Dios anuncia que esta vez enviará todas sus plagas contra faraón mismo, para que reconozca que no hay otro como Jehová en toda la tierra (v.14).
- Moisés declara que Dios pudo destruirlo antes, pero lo preservó para mostrar su poder y para que Su nombre sea proclamado en toda la tierra (v.15-16).
- Se anuncia una terrible tormenta de granizo, jamás vista en Egipto (v.18).
- Algunos egipcios temerosos hacen refugiar a sus siervos y ganado, pero los que no temen los dejan al aire libre (v.20-21).
- Jehová envía granizo y fuego mezclado, que hiere hombres, bestias y destruye cosechas en Egipto, excepto en la tierra de Gosén (v.22-26).
- Faraón confiesa: “He pecado esta vez; Jehová es justo, y yo y mi pueblo impíos” (v.27). Suplica que Moisés ore para detener el granizo.
- Moisés ora, la tormenta cesa, pero faraón vuelve a endurecer su corazón (v.33-35).
Versículo clave de Éxodo 9:
Porque esta vez yo enviaré todas mis plagas a tu corazón, sobre tus siervos, y sobre tu pueblo, para que entiendas que no hay otro como yo en toda la tierra. Éxodo 9:14
En este capítulo, Dios continúa confrontando la terquedad de Faraón con plagas más severas: la peste sobre el ganado, las úlceras y el granizo. Aquí se revela claramente el propósito de estas señales: que Faraón y todo Egipto reconocieran que no hay otro como Jehová en toda la tierra.
Las plagas no eran simples castigos, sino manifestaciones del poder y la soberanía de Dios. Cada una de ellas derribaba los falsos dioses de Egipto y mostraba que solo el Señor tiene dominio sobre la vida, la naturaleza y la historia. El corazón endurecido de Faraón se resistía, pero Dios usaba incluso esa resistencia para mostrar su gloria.
Este versículo nos recuerda que Dios obra en la historia para que todos reconozcan que Él es único. A veces, las pruebas que enfrentamos también tienen ese propósito: enseñarnos que no hay nadie como el Señor, y que fuera de Él no hay salvación. Su poder se manifiesta no solo para corregir, sino para revelar quién es Él.
Oración:
Señor, gracias porque no hay nadie como tú en toda la tierra. Abre mis ojos para reconocerte en cada circunstancia y ayúdame a no endurecer mi corazón como Faraón. Enséñame a confiar en tu poder y a recordar que tus obras siempre muestran tu gloria. Que mi vida sea un testimonio vivo de que tú eres el único Dios verdadero. En el nombre de Jesús, Amén.