Éxodo 35 – Ofrendas voluntarias y artesanos para el tabernáculo
Éxodo 35 resalta dos principios clave en la vida de fe: el descanso y la generosidad. Primero, el mandato del sábado recuerda que aun en medio de una obra tan importante como la construcción del tabernáculo, lo esencial es guardar la comunión con Dios. La obra no sustituye al Señor; el descanso en Él es parte de la obediencia.
Segundo, la obra del tabernáculo se sostiene en corazones voluntarios y generosos. Nadie fue forzado; cada uno aportó según sus recursos y habilidades. Esto muestra que la verdadera adoración no se limita a palabras, sino que incluye dar con gozo lo mejor de nosotros: tiempo, dones y bienes.
Finalmente, vemos que Dios equipa con sabiduría y habilidad a las personas necesarias para Su obra. No se trata solo de tener materiales, sino de que el Espíritu de Dios capacita a quienes participan en la construcción de Su casa. Esto nos recuerda que cada creyente tiene un lugar y una función en la edificación del pueblo de Dios.
1. El día de reposo (Éxodo 35:1-3)
- Moisés reúne a toda la congregación y recuerda la ley del sábado: seis días de trabajo, pero el séptimo será reposo santo a Jehová (v.1-2).
- Quien lo profane morirá, y se prohíbe encender fuego en las moradas en ese día (v.3).
2. La ofrenda voluntaria para el tabernáculo (Éxodo 35:4-29)
- Moisés llama al pueblo a traer una ofrenda voluntaria para la obra del tabernáculo (v.4-9).
- Los materiales incluían oro, plata, bronce, telas de lino, pieles, madera de acacia, aceite, especias y piedras preciosas.
- Hombres y mujeres, movidos por un corazón dispuesto, trajeron generosamente lo que tenían (v.20-29).
- También las mujeres hábiles hilaban y tejían telas de lino, azul, púrpura y carmesí (v.25-26).
- Así, todo el pueblo participó activamente en la obra de Dios, con lo que podían dar o hacer.
3. Los artesanos escogidos (Éxodo 35:30-35)
- Moisés anuncia que Jehová ha llenado a Bezaleel, de la tribu de Judá, con el Espíritu de Dios, dándole sabiduría, inteligencia y conocimiento para toda obra (v.30-31).
- También a Aholiab, de la tribu de Dan, y a otros artesanos les dio habilidad para enseñar y trabajar (v.34-35).
- Ellos serían responsables de las labores artísticas y técnicas para la construcción del tabernáculo y sus utensilios.
Versículo clave de Éxodo 35:
Tomad de entre vosotros ofrenda para Jehová; todo generoso de corazón la traerá a Jehová; oro, plata, bronce. Éxodo 35:5
En este capítulo, Moisés convoca al pueblo para aportar materiales y habilidades con el fin de construir el tabernáculo, el lugar donde habitaría la presencia de Dios. Lo importante no era la cantidad de la ofrenda, sino la actitud: debía venir de un corazón generoso. La obra de Dios se sostenía no por obligación, sino por gratitud y disposición voluntaria.
Este versículo nos recuerda que Dios se agrada de la entrega que fluye de un corazón dispuesto. Más que lo material, Él mira la intención con la que damos. Cada hebreo que aportaba estaba participando en la construcción de un lugar santo, y cada uno que servía con sus manos estaba poniendo sus talentos al servicio del Señor.
Hoy también somos llamados a dar con generosidad —nuestro tiempo, talentos, recursos y vida— para la edificación de la Iglesia y la extensión de su Reino. La verdadera adoración se expresa en una entrega alegre, porque reconocemos que todo lo que tenemos proviene primero de Dios.
Oración:
Señor, gracias porque me has dado más de lo que merezco, y me permites ofrecerte parte de lo que ya es tuyo. Ayúdame a dar con un corazón generoso, sin obligación ni tristeza, sino con alegría y gratitud. Haz que mi vida, mis dones y mis recursos sean usados para tu gloria y para la edificación de tu obra. Que todo lo que ofrezca sea un reflejo de mi amor por ti. En el nombre de Jesús, Amén.