Biblia Devocional en 1 Año: Éxodo 32

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Éxodo 32 – El becerro de oro y la intercesión de Moisés

Éxodo 32 expone con claridad la debilidad del corazón humano frente a la idolatría: Israel, que había visto la gloria de Dios en el Sinaí, rápidamente la sustituyó por un ídolo fabricado con sus manos. Esto nos recuerda que el pecado no siempre surge de la ausencia de religión, sino de su distorsión: querer adorar a Dios a nuestra manera en lugar de la Suya.

Sin embargo, el capítulo también resalta la misericordia de Dios y el poder de la intercesión. Moisés, como mediador, ruega por el pueblo y evita su destrucción total, prefigurando la obra de Cristo como intercesor perfecto ante el Padre.

El juicio sobre los idólatras muestra que la idolatría tiene consecuencias serias y que no puede coexistir con la santidad de Dios. Al mismo tiempo, la segunda intercesión revela la compasión de un líder que ama tanto al pueblo que está dispuesto a dar su vida por él.

Este capítulo nos recuerda que Dios exige fidelidad absoluta, que nuestros corazones son propensos a sustituirlo por falsos dioses, y que necesitamos constantemente el perdón y la mediación de Cristo, el único que puede reconciliarnos plenamente con el Padre.

1. El becerro de oro (Éxodo 32:1-6)

  • Al ver que Moisés tardaba en descender del monte, el pueblo presiona a Aarón para que les haga un dios que los guíe (v.1).
  • Aarón toma los zarcillos de oro y hace un becerro de fundición, ante el cual el pueblo dice:
    “Israel, estos son tus dioses, que te sacaron de Egipto” (v.4).
  • Aarón edifica un altar y proclama fiesta a Jehová, pero el pueblo ofrece sacrificios y se entrega a la idolatría y al desenfreno (v.5-6).

2. La ira de Dios y la intercesión de Moisés (Éxodo 32:7-14)

  • Jehová dice a Moisés que el pueblo se ha corrompido y anuncia que los destruirá, haciendo de Moisés una gran nación (v.7-10).
  • Moisés intercede, apelando a la honra del nombre de Dios y a las promesas hechas a Abraham, Isaac e Israel (v.11-13).
  • Jehová escucha la súplica de Moisés y desiste del castigo total (v.14).

3. El juicio sobre los idólatras (Éxodo 32:15-29)

  • Moisés desciende con las tablas y, al ver la idolatría, las rompe al pie del monte (v.15-19).
  • Quema el becerro, lo muele y obliga al pueblo a beberlo mezclado con agua (v.20).
  • Aarón justifica su acción con excusas débiles (v.22-24).
  • Moisés llama a los levitas a ponerse de parte de Jehová, y ellos ejecutan juicio, cayendo unos tres mil hombres (v.26-28).

4. La segunda intercesión de Moisés (Éxodo 32:30-35)

  • Moisés vuelve a Jehová, pidiendo perdón por el pueblo, incluso ofreciendo ser borrado de Su libro (v.31-32).
  • Jehová responde que cada uno cargará con su pecado, pero ordena que el pueblo siga su camino, guiado por Su ángel (v.33-34).
  • Una plaga hiere al pueblo como consecuencia de su pecado (v.35).

Versículo clave de Éxodo 32:

Entonces Jehová se arrepintió del mal que dijo que había de hacer a su pueblo. Éxodo 32:14 

Mientras Moisés estaba en el monte recibiendo la ley, el pueblo de Israel cayó en un grave pecado: hicieron un becerro de oro y lo adoraron como a un dios que los había sacado de Egipto. Este acto de idolatría provocó la ira de Dios, quien estuvo dispuesto a destruirlos. Sin embargo, Moisés intercedió, apelando a la fidelidad del Señor y a las promesas hechas a Abraham, Isaac y Jacob.

Este versículo nos muestra el poder de la intercesión. Dios, en su justicia, tenía razones para castigar severamente al pueblo, pero la oración de Moisés abrió la puerta para que la misericordia prevaleciera. No se trata de que Dios cambie de carácter, sino de que en su plan eterno Él usa la intercesión como medio para derramar gracia.

Aquí aprendemos que la oración tiene un papel vital en la vida del creyente. Cuando intercedemos, Dios actúa con misericordia, no porque cambiemos su voluntad, sino porque su voluntad ya incluye escuchar y responder al clamor de sus hijos. Así como Moisés fue mediador por Israel, Jesús es nuestro mediador eterno, intercediendo por nosotros delante del Padre.

Oración:

Señor, gracias porque tu misericordia triunfa sobre el juicio, y porque me has dado el privilegio de acercarme a ti en intercesión. Enséñame a orar no solo por mis necesidades, sino también por los demás, como lo hizo Moisés. Gracias porque en Cristo tengo un mediador perfecto que siempre intercede por mí. Que mi vida sea un canal de tu gracia y un reflejo de tu amor compasivo. En el nombre de Jesús, Amén.