Éxodo 31 – Los artesanos del tabernáculo y el día de reposo
Éxodo 31 muestra dos verdades fundamentales para la vida del pueblo de Dios:
- Primero, que el servicio a Dios no depende solo de esfuerzo humano, sino de la sabiduría y dones que el Espíritu concede. Bezaleel y Aholiab nos enseñan que cada habilidad, incluso artística o manual, puede ser usada para la gloria del Señor.
- Segundo, que la santidad no consiste únicamente en trabajar para Dios, sino también en descansar en Él. El sábado recordaba que Israel pertenecía a Dios, y que su identidad estaba en la obediencia y la comunión con su Creador.
- Las tablas escritas por el dedo de Dios confirman que la ley no era invención humana, sino revelación divina.
Este capítulo nos recuerda que toda obra santa requiere dones del Espíritu, obediencia al pacto y descanso en la presencia de Dios.
1. Llamado de Bezaleel y Aholiab (Éxodo 31:1-11)
- Jehová escoge a Bezaleel, de la tribu de Judá, y lo llena del Espíritu de Dios, con sabiduría, inteligencia y conocimiento para toda obra (v.1-3).
- Se le da capacidad para diseñar y trabajar en oro, plata, bronce, piedras preciosas y madera (v.4-5).
- Dios también llama a Aholiab, de la tribu de Dan, y da habilidad a otros artesanos para que trabajen junto a ellos (v.6).
- Estos hombres serían responsables de confeccionar todo lo que Dios había mandado: el tabernáculo, el arca, el propiciatorio, los utensilios, el altar, las vestiduras sagradas, el aceite de la unción y el incienso aromático (v.7-11).
2. El día de reposo (Éxodo 31:12-17)
- Jehová ordena a Moisés recordar al pueblo la importancia del sábado como señal perpetua entre Él e Israel (v.12-13).
- El que lo profane será muerto; quien trabaje en ese día será cortado de su pueblo (v.14-15).
- El sábado debía guardarse por todas las generaciones como señal del pacto, pues en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, y en el séptimo descansó y reposó (v.16-17).
3. Las tablas del testimonio (Éxodo 31:18)
- Jehová entrega a Moisés, en el monte Sinaí, las dos tablas del testimonio, escritas con el dedo de Dios.
Versículo clave de Éxodo 31:
Y lo he llenado del Espíritu de Dios, en sabiduría y en inteligencia, en ciencia y en todo arte. Éxodo 31:3
En este capítulo, Dios señala a Bezaleel y a Aholiab como los hombres escogidos para dirigir la construcción del tabernáculo y de todos sus utensilios. No se trataba solo de habilidad humana, sino de que Dios mismo los había llenado de su Espíritu para darles sabiduría, inteligencia y capacidad artística. La obra santa del tabernáculo debía hacerse bajo la inspiración divina.
Este versículo nos enseña que Dios equipa a quienes llama. No importa la tarea: ya sea enseñar, servir, liderar o crear, todo ministerio necesita la dirección del Espíritu Santo. La sabiduría verdadera no proviene únicamente del conocimiento humano, sino del toque de Dios que capacita de manera sobrenatural.
También nos recuerda que nuestras habilidades, talentos y dones no son para nuestra gloria personal, sino para edificar la casa de Dios y reflejar su presencia en el mundo. Cuando ponemos nuestras capacidades en sus manos, Él las eleva y las usa de maneras que van más allá de lo que imaginamos.
Oración:
Señor, gracias porque tú me has dado dones y talentos, y porque tu Espíritu me capacita para usarlos para tu gloria. Ayúdame a no confiar en mis fuerzas, sino en tu sabiduría. Haz de mi vida un instrumento útil en tu obra, y que todo lo que haga sea para edificar a otros y honrar tu nombre. Lléname de tu Espíritu cada día y úsame conforme a tu propósito eterno. En el nombre de Jesús, Amén.