Biblia Devocional en 1 Año: Éxodo 12

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Éxodo 12 – La Pascua y la décima plaga

Éxodo 12 es el corazón de la redención de Israel:

  • La sangre del cordero fue la señal de salvación, anticipando al Cordero de Dios que quita el pecado del mundo (Juan 1:29).
  • La Pascua no solo marcó la liberación de la esclavitud física, sino también un pacto de identidad: Israel pasó a ser un pueblo redimido por la gracia de Dios.
  • La salida de Egipto en una sola noche muestra que cuando Dios actúa, la liberación es completa y definitiva.

Este capítulo nos recuerda que nuestra salvación también depende de la sangre de un Cordero perfecto: Cristo, nuestra Pascua, fue sacrificado por nosotros (1 Corintios 5:7).

1. Institución de la Pascua (Éxodo 12:1-20)

  • Jehová establece un nuevo calendario: el mes de la salida será el primero del año para Israel (v.1-2).
  • Cada familia debía tomar un cordero sin defecto, macho de un año, y sacrificarlo al atardecer del día 14 (v.3-6).
  • Debían untar la sangre en los dinteles y postes de las casas (v.7).
  • Comerían el cordero asado al fuego con hierbas amargas y pan sin levadura, ceñidos y listos para salir: “Es la Pascua de Jehová” (v.8-11).
  • Dios pasaría por Egipto y heriría a todo primogénito, pero al ver la sangre, pasaría de largo: “Veré la sangre y pasaré de vosotros” (v.12-13).
  • Se instituye la fiesta solemne de los panes sin levadura por siete días, como memorial perpetuo (v.14-20).

2. Preparativos y cumplimiento de la décima plaga (Éxodo 12:21-30)

  • Moisés instruye al pueblo que usen la sangre del cordero como señal y no salgan de sus casas durante la noche (v.21-23).
  • El rito sería guardado por las generaciones futuras, y cuando los hijos pregunten, dirán: “Es la víctima de la Pascua de Jehová” (v.24-27).
  • A medianoche, Jehová hiere a todo primogénito en Egipto, desde el primogénito de faraón hasta el del preso en la cárcel, y también el del ganado (v.29).
  • Se levanta un gran clamor en Egipto, pues no había casa donde no hubiese muerto (v.30).

3. La salida de Israel (Éxodo 12:31-42)

  • Faraón llama a Moisés y Aarón de noche y les ordena: “Salid de en medio de mi pueblo” (v.31).
  • Los egipcios apremian al pueblo para que se vayan rápidamente.
  • Israel parte llevando consigo la masa sin leudar y pidiendo a los egipcios plata, oro y vestidos, cumpliéndose la palabra de Jehová (v.33-36).
  • Los hijos de Israel salieron de Ramesés a Sucot, unos seiscientos mil hombres de a pie, sin contar mujeres y niños (v.37).
  • También salió con ellos una gran multitud mixta y abundantes ganados (v.38).
  • Habitaron en Egipto 430 años, y en esa misma noche Jehová sacó a Su pueblo (v.40-42).

4. Ordenanzas de la Pascua (Éxodo 12:43-51)

  • Dios establece que ningún extranjero comerá de la Pascua, salvo los siervos circuncidados y los extranjeros que se unan al pueblo mediante la circuncisión (v.43-49).
  • Todos los hijos de Israel obedecen, y Jehová saca a Su pueblo de Egipto esa misma noche (v.50-51).

Versículo clave de Éxodo 12:

Y veré la sangre y pasaré de vosotros, y no habrá en vosotros plaga de mortandad cuando hiera la tierra de Egipto. Éxodo 12:13

En este capítulo se instituye la Pascua, uno de los eventos más significativos en la historia del pueblo de Israel. Dios ordena que cada familia sacrifique un cordero sin defecto y ponga su sangre en los dinteles de las puertas. Cuando el Señor pasara esa noche para ejecutar juicio sobre Egipto, la sangre sería la señal de protección: donde la viera, la muerte no entraría.

Este versículo resume el corazón del mensaje: la salvación viene por la sangre. No fue el valor militar de Israel, ni sus obras, ni sus méritos, lo que los libró de la plaga, sino la obediencia al mandato de Dios y la sangre del cordero.

Este hecho histórico apunta proféticamente a Jesucristo, el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Así como la sangre del cordero en Egipto libró a los israelitas de la muerte, la sangre de Jesús nos libra del juicio eterno y nos da vida abundante y eterna.

La Pascua, entonces, no es solo memoria de la liberación de Egipto, sino anuncio del plan redentor de Dios en Cristo. Nos recuerda que cuando Dios ve la sangre de Jesús sobre nuestra vida, el juicio pasa de largo y somos declarados libres.

Oración:

Señor, gracias por la sangre del Cordero perfecto, Jesucristo, que me libra de la condenación y me da vida eterna. Ayúdame a vivir cada día recordando el precio de mi redención, y a caminar en gratitud por tu sacrificio. Que nunca pierda de vista que mi salvación no depende de mis méritos, sino de la obra perfecta de Cristo en la cruz. Haz de mi vida un testimonio de tu gracia y tu poder redentor. En el nombre de Jesús, Amén.