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Señor,  Te pido que me muestres si he herido a alguien, y si lo he hecho, cómo puedo arreglar las cosas con esa persona, para que todo esté bien entre nosotros. Ayúdame a pedir perdón. Quiero tener la conciencia tranquila para que nada se interponga en mi cercanía contigo.

Tu risa, tus sueños, tu corazón, tu salir y tu entrar, tu despertar, pero sobretodo, Dios bendiga tu existir.

Señor, Por favor cierra mis oídos a toda murmuración, colma mi mente de pensamientos de paz y líbrame del peligro, de la envidia y de todos aquellos que pretendan hacerme daño.

Salmos 55:22 Echa sobre el Señor tu carga, y él te sustentará; No dejará para siempre caído al justo.

Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. (Santiago 1:22-25)