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Señor, que me bendigas transformando cada día mi corazón, moldeándolo en los buenos sentimientos y el carácter que deseas que posea para glorificarte abundantemente y sin faltas.

Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada. (Lucas 10:39-42)

Que tu día sea radiante, lleno de luz y de esperanza, siempre amparado por la gracia y la misericordia de Dios.

Y si obedecemos fielmente todos estos mandamientos ante el Señor nuestro Dios, tal como nos lo ha ordenado, entonces seremos justos. Deuterenomio 6:25

Señor, rechazo el temor y me rehúso a ser atado por el, porque Tu perfecto amor en mí no le da lugar al temor en mi vida.

Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. (Filipenses 4:6)