Versículo diario comentado: Proverbios 3:24-26

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Versículo:

Cuando te acuestes, no tendrás temor, sino que te acostarás, y tu sueño será grato. No tendrás temor de pavor repentino,ni de la ruina de los impíos cuando viniere, porque Jehová será tu confianza, y él preservará tu pie de quedar preso. Proverbios 3:24-26

Comentario:

David estaba seguro de que el Señor siempre estaba con él (Salmo 16:8). Sus salmos revelan que conocía profundamente la intervención íntima de Dios en su vida. Como él, debemos entrenar nuestros ojos espirituales para reconocer las evidencias de la presencia del Padre celestial.

Ver con ojos espirituales no es algo ocasional, sino un estilo de vida. Jesús dijo: «Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios» (Mateo 5:8). Quienes caminan con el Señor pueden llevar cautivo todo pensamiento, hábito, actitud o palabra que no le honra. Pueden desechar el pecado y vivir en justicia. Como resultado, estos creyentes desarrollan una claridad espiritual que agudiza su conciencia de la presencia y la obra de Dios en su vida.

Cuando te acuestes y converses con el Señor antes de dormir, trata de recordar los acontecimientos del día. Lo que realmente estás haciendo es buscar evidencias de Su mano obrando. ¿Cómo te guió en una decisión? ¿Cómo respondió una pregunta? ¿Cómo te protegió? ¿Cómo te ayudó en una relación? Apreciar el obrar del Señor grabará más profundamente la realidad de Su amor en tu corazón.

Para nosotros, los creyentes, la evidencia del poder de Dios está por todas partes, si tan solo nos detenemos a verla. Mirar el mundo con los ojos espirituales bien abiertos cambia nuestra perspectiva. Podemos vivir confiados en nuestro Dios amoroso y omnipotente, que habita en nosotros.

Oración:

Señor, abre mis ojos espirituales para reconocer tu presencia en cada detalle de mi vida. Ayúdame a ver tu mano guiando, protegiendo y fortaleciendo mis pasos. Haz que mi corazón permanezca sensible a tu voz y que cada día termine con gratitud por tu fidelidad. Enséñame a vivir con plena confianza en tu amor y en tu poder. En El Nombre de Jesús, Amén.