El alma rica…
Es aquella que sueña y agradece incluso por lo poco.
A veces buscamos señales grandes, respuestas visibles o bendiciones que se noten… pero la verdadera riqueza del alma no nace de lo que tenemos, sino de la actitud con la que caminamos.
Un alma rica es la que no deja de soñar aun en temporadas difíciles.
La que agradece aunque lo que tenga en las manos parezca pequeño.
La que entiende que cada detalle, cada respiro, cada proceso por simple que parezca, también es gracia.
Estad siempre gozosos. Orad sin cesar.
Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para vosotros en Cristo Jesús.
1 Tesalonicenses 5:16–18