Publicado por Versículo:
Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra, para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu. Efesios 3:14-16
Comentario:
La Biblia afirma que Dios nos ama, y la cruz lo confirma. Sin embargo, para algunos creyentes esta sigue siendo una verdad intelectual más que una realidad experimentada. El problema no está en el Señor, sino en nuestra capacidad de percibir Su cuidado.
Un obstáculo puede ser nuestra tendencia a medir el amor divino por nuestras circunstancias. Cuando el Padre permite tragedias o dolor, algunos concluyen que Él no se preocupa. Entonces la antigua pregunta se vuelve personal: “¿Cómo puede un Dios amoroso permitir el sufrimiento?” Jamás comprenderemos por completo Sus caminos (Isaías 55:8-9), pero sí podemos saber que Su compasión y amor no tienen límites, y que en el tiempo perfecto Él hará todas las cosas nuevas y justas.
Otro impedimento puede ser sentirnos indignos del amor de Dios. Enfocarnos en pecados pasados o compararnos con otros nos lleva a la desesperanza. Recordemos que el amor divino no depende de nuestro desempeño, sino del carácter perfecto de Dios.
El Señor desea que cada uno experimente Su gran amor de una manera personal e íntima. No permitas que las mentiras del enemigo o las dificultades de la vida te roben el gozo y la seguridad de esta enorme bendición. Cuando surjan dudas, aférrate a la verdad de Su Palabra. Él te ama. Créele, y con el tiempo conocerás esta realidad de forma más profunda de lo que jamás imaginaste.
Oración:
Señor, abre mis ojos y mi corazón para experimentar Tu amor más allá del entendimiento. Arranca toda mentira, duda y sentimiento de indignidad. Recuérdame que Tu amor no cambia con mis fallas y que siempre me sostienes con ternura. Lléname de la certeza profunda de que soy amado por Ti, hoy y siempre. En El Nombre de Jesús, Amén.
