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Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual. 1 Corintios 2:12-13
Comentario:
“Simplemente no entiendo la Biblia.” ¿Alguna vez has pensado eso? Es comprensible que quienes no tienen a Cristo no puedan comprender los conceptos bíblicos, pero ¿por qué a veces nosotros, los creyentes, también luchamos para entender?
La clave es la obediencia. Cuando actuamos según lo que leemos, la Biblia “cobra vida”, y comenzamos a oír y entender lo que Dios nos comunica. Sin embargo, si no hemos obedecido las cosas que Él ya nos ha revelado, ¿por qué habría de confiarnos verdades más profundas? El Salmo 25:14 dice: “La comunión íntima del Señor es con los que le temen”, y aquellos que lo reverencian son quienes obedecen Sus mandamientos y reciben la promesa de “buen entendimiento” (Salmo 111:10).
Vivir en desobediencia al Señor distorsiona nuestra visión, debilita nuestra capacidad de oír y nubla nuestro pensamiento. Aunque tenemos pleno acceso a la mente de Cristo, nuestro apego a los caminos pecaminosos nos impide aprovechar las riquezas de sabiduría contenidas en Su Palabra.
Mientras leas las Escrituras cada día, busca las instrucciones de Dios. Luego, confiando en el Espíritu Santo, comprométete a obedecer. Cuando obedeces Su voz, Él te revelará verdades más profundas y tu entendimiento crecerá.
Oración:
Señor, abre mi corazón para obedecer cada palabra que me revelas. Quita de mí toda pereza espiritual, toda rebeldía y toda distracción que me impida entender Tu verdad. Enséñame a caminar en humildad y obediencia para que Tu Palabra cobre vida en mí. Dame un espíritu dócil, oídos sensibles y una mente clara para recibir Tu sabiduría. Guíame cada día hacia un conocimiento más profundo de Ti. En El Nombre de Jesús, Amén.
