Guerrero de Dios: Un corazón en alabanza

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Bendeciré a Jehová en todo tiempo; Su alabanza estará de continuo en mi boca. En Jehová se gloriará mi alma; Lo oirán los mansos, y se alegrarán. Engrandeced a Jehová conmigo, Y exaltemos a una su nombre. Salmos 34:1-3

Las dificultades suelen venir acompañadas de emociones negativas como miedo, frustración, desesperación y duda. Las personas dominadas por estos sentimientos son más propensas a tomar decisiones equivocadas. Por eso es importante decidir desde ahora cómo responder a la adversidad, tal como lo hizo el salmista: con un corazón lleno de alabanza.

Aun en las horas más oscuras, la adoración llena el corazón de gozo y la mente de paz. También amplía nuestra visión, permitiéndonos discernir la obra del Señor a nuestro alrededor, quizás en formas que antes no habíamos notado. Vemos lo que Él hace en nuestra vida y descubrimos áreas donde debemos obedecer.

Nuestra tendencia natural es buscar la salida más fácil. Pero quienes manejan las cosas por su cuenta no crecen espiritualmente. Se pierden las bendiciones de seguir el plan de Dios. Detenernos para alabarlo nos protege y dirige hacia el camino correcto: la voluntad del Señor. Avanzar en fe puede dar miedo, pero podemos arriesgarnos con confianza, sabiendo que nuestro Dios omnisciente y omnipotente tiene en mente lo mejor para Sus hijos (Jeremías 29:11).

Es difícil caer en desesperación cuando honramos a Dios. Podemos disipar la duda recordando Su fidelidad pasada y aliviar la frustración entregándole nuestro futuro. La alabanza no es la reacción más obvia frente a la dificultad, pero sí es la más sabia.

Señor, en medio de mis pruebas, enséñame a levantarte un canto de alabanza. Que mi corazón encuentre paz al recordar Tu fidelidad y mis ojos vean Tu obra aun en la oscuridad. Líbrame de tomar decisiones apresuradas y guíame por Tu voluntad perfecta. Renueva mi fe, fortalece mi espíritu y hazme confiar plenamente en Tu amor eterno que jamás falla. En el nombre de Jesús, amén.