Publicado por Hay temporadas que duelen…
No porque Dios quiera lastimarte, sino porque sabía que si todo se quedaba “fácil”, tú nunca ibas a moverte del lugar donde ya no crecías.
A veces Él permite que el camino se estreche, que ciertas puertas se cierren y que algunas personas se alejen… no para quitarte algo, sino para impulsarte hacia lo que tú nunca hubieras buscado por ti misma.
Si hoy algo se complicó, no lo veas como un castigo: míralo como una dirección.
Hay lugares que solo descubrirás porque primero tuviste que salir de donde estabas.
El Señor afirma los pasos del hombre cuando le agrada su camino; aunque caiga, no quedará derribado, porque el Señor lo sostiene de la mano.
Salmos 37:23–24
