Versículo diario comentado: Salmos 150:1-2

Publicado por

Versículo:

Alabad a Dios en su santuario; Alabadle en la magnificencia de su firmamento. Alabadle por sus proezas; Alabadle conforme a la muchedumbre de su grandeza. Salmos 150:1-2

Comentario:

Dios nos ha hecho un pueblo especial para que cumplamos un propósito especial. Isaías 43:21 declara: “El pueblo que Yo formé para Mí proclamará Mi alabanza”. Una parte esencial de la adoración al Señor es proclamar Su grandeza.

Alabar a nuestro Padre es celebrarlo por quien Él es y por lo que ha hecho. Cuando amamos a alguien, naturalmente hablamos bien de esa persona. Del mismo modo, quienes aman a Cristo encuentran que la alabanza fluye con facilidad.

Alabar al Señor es bueno para nosotros. Es fácil quedar atrapados buscando nuestras propias necesidades, y tristemente esa actitud ha entrado incluso en algunas iglesias. Pero Dios no quiere que nos acerquemos a Él centrados solo en nosotros mismos. La alabanza eleva nuestra mirada hacia Jesús y llena nuestro corazón con un contentamiento que no encontramos cuando nos enfocamos únicamente en nuestras dificultades.

Si bien la alabanza y la adoración suelen asociarse con los servicios de la iglesia, deberían caracterizar nuestra vida dondequiera que estemos. Algunos de los momentos más íntimos y preciosos de adoración ocurren a solas con el Padre.

Recuerda cómo Dios te ha cuidado y busca diariamente evidencia de Su mano en tu vida. Luego dile al Señor que deseas aprender a exaltarlo con todo tu corazón.

Oración:

Padre celestial, gracias por darme razones infinitas para alabarte. Abre mis ojos para ver Tu bondad cada día y llena mi boca con palabras de adoración sincera. Que mi vida sea un himno constante de gratitud, no solo en la iglesia, sino en cada lugar donde vaya. Enséñame a exaltarte con todo mi corazón y a vivir centrado en Tu grandeza y no en mis problemas. En El Nombre de Jesús, Amén.