Biblia Devocional en 1 Año: Números 16

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Números 16 – La rebelión de Coré y la santidad de Dios

Números 16 es uno de los episodios más dramáticos del desierto: una rebelión interna contra la autoridad establecida por Dios. Coré, Datán y Abiram encabezan un levantamiento que no es solo político, sino profundamente espiritual. Este capítulo revela cómo Dios ve la arrogancia disfrazada de espiritualidad y cómo defiende la autoridad que Él mismo establece.

1. Coré se levanta contra el liderazgo divino

Detrás de la rebelión no había un deseo de justicia, sino de poder. Coré no cuestionaba a Moisés: cuestionaba a Dios, quien había designado a Moisés y Aarón.

2. La falsa espiritualidad que busca igualdad sin obediencia

Los rebeldes decían: “Toda la congregación es santa”, una verdad usada de manera torcida. La santidad no elimina el orden que Dios estableció.

3. Moisés responde con humildad, no con fuerza

En vez de defenderse, Moisés cae sobre su rostro y deja que Dios decida quién es el elegido. La mansedumbre nuevamente es su arma.

4. Dios juzga la rebelión abierta

La tierra se abre y traga a los rebeldes, y fuego desciende sobre los 250 hombres que ofrecían incienso. La severidad del juicio muestra la gravedad de desafiar la autoridad divina.

5. Dios confirma el sacerdocio de Aarón

Después del juicio, Dios ordena convertir los incensarios en un recordatorio permanente de que el acceso a Dios no se conquista por ambición humana, sino por llamado divino.

1. Coré, Datán y Abiram se rebelan (Números 16:1-3)

● Coré, de la tribu de Leví, junto con Datán y Abiram de la tribu de Rubén, se levantan contra Moisés (v.1).
● Reúnen a 250 hombres principales, líderes reconocidos en la congregación (v.2).
● Acusan a Moisés y Aarón de exaltarse sobre el pueblo, afirmando que toda la congregación es santa (v.3).
● Aunque suena espiritual, niega el orden que Dios había establecido.

2. Moisés apela a la decisión de Dios (Números 16:4-11)

● Moisés cae sobre su rostro al oír la acusación (v.4).
● Propone una prueba: Dios mostrará quién es santo y elegido (v.5).
● Ordena a Coré y sus seguidores tomar incensarios y presentarse ante Jehová (v.6-7).
● Les recuerda que ya tenían un privilegio especial como levitas; su queja era ambición (v.8-10).
● Moisés declara que su verdadera rebelión no es contra él, sino contra Jehová (v.11).

3. Datán y Abiram rechazan a Moisés (Números 16:12-15)

● Ellos se niegan a presentarse ante Moisés (v.12).
● Acusan a Moisés de sacarlos de una tierra “que fluye leche y miel”, refiriéndose irónicamente a Egipto (v.13).
● Dicen que Moisés no les ha cumplido la promesa de llevarlos a una tierra buena (v.14).
● Moisés ora indignado, pidiendo que Dios juzgue justamente (v.15).

4. La prueba con los incensarios (Números 16:16-22)

● Moisés, Aarón, Coré y los 250 hombres se presentan con incensarios (v.16-17).
● La gloria de Jehová aparece ante la congregación (v.19).
● Dios amenaza con destruir al pueblo, pero Moisés y Aarón interceden para que solo los rebeldes sean juzgados (v.20-22).
● La intercesión es parte esencial del liderazgo espiritual.

5. El juicio sobre los rebeldes (Números 16:23-35)

● Dios ordena al pueblo apartarse de las tiendas de Coré, Datán y Abiram (v.23-26).
● Moisés declara que un juicio sobrenatural confirmará su llamado (v.28-30).
● La tierra se abre y traga a los rebeldes con todo lo que les pertenecía (v.31-33).
● Fuego de Jehová consume a los 250 hombres que ofrecían incienso (v.35).
● Dios defiende la autoridad que Él mismo ha establecido.

6. Los incensarios convertidos en señal permanente (Números 16:36-40)

● Dios ordena recoger los incensarios de los hombres que murieron (v.36-37).
● Son martillados en láminas para cubrir el altar (v.38).
● Esto queda como memorial de que nadie debe acercarse a Dios con arrogancia (v.39-40).
● Solo el sacerdocio escogido puede ministrar delante de Jehová.

7. La murmuración del pueblo y la plaga (Números 16:41-50)

● Al día siguiente, el pueblo vuelve a murmurar acusando a Moisés y Aarón (v.41).
● Dios anuncia juicio y una plaga comienza a extenderse (v.42-45).
● Aarón corre con su incensario y hace expiación; se coloca “entre los muertos y los vivos” (v.46-48).
● Mueren 14,700 personas, pero la plaga se detiene por la intervención sacerdotal (v.49-50).

Versículo clave de Números 16:

Por esto conoceréis que Jehová me ha enviado para que hiciese todas estas cosas, y que no las hice de mi propia voluntad. Números 16:28

En este capítulo ocurre la rebelión de Coré, Datán y Abiram, quienes se levantan contra Moisés y Aarón cuestionando la autoridad que Dios les había dado. Alegan que todos en el pueblo son santos y que Moisés se ha elevado por encima de la congregación. Pero la raíz de la rebelión no era justicia, sino orgullo y ambición. Moisés, en humildad, deja que Dios sea quien decida. La respuesta divina es contundente: la tierra abre su boca y traga a los rebeldes, confirmando que la autoridad de Moisés no era humana, sino otorgada por Dios mismo.

El versículo clave resalta la postura de Moisés: él no se defendió atacando, ni trató de imponer su liderazgo por fuerza. Simplemente afirmó que Dios lo había enviado, y que Dios mismo confirmaría su respaldo. Este capítulo revela que oponerse a la autoridad establecida por Dios es ponerse directamente en contra de Él. Aun así, después del juicio, el pueblo vuelve a murmurar, y una plaga se desata. Aarón corre con su incienso y se interpone “entre los muertos y los vivos”, simbolizando una poderosa imagen de intercesión.

Este pasaje nos enseña tres grandes verdades:

  1. Rebelarse contra la autoridad que Dios establece es rebelarse contra Él mismo.
    Coré no se levantó solo contra Moisés, sino contra la voluntad de Dios.
  2. La humildad es la marca del liderazgo que Dios respalda.
    Moisés no se defendió con violencia; dejó que Dios demostrara quién había llamado.
  3. La intercesión detiene el juicio.
    Aarón, aun siendo atacado, se puso en medio del pueblo, figura del corazón de Cristo.

Números 16 nos recuerda que Dios toma en serio la unidad, la autoridad y la humildad en su pueblo. También nos muestra que el amor intercesor sigue siendo una de las armas más poderosas para detener la destrucción espiritual.

Oración:

Señor, líbrame de caer en orgullo, queja o rebelión. Enséñame a honrar la autoridad que tú has establecido y a caminar en humildad como Moisés. Dame un corazón intercesor como el de Aarón, dispuesto a pararse en la brecha por otros, incluso cuando es difícil. Ayúdame a vivir en obediencia, unidad y amor. En el nombre de Jesús, Amén.