Biblia Devocional en 1 Año: Números 6

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Números 6 – El voto nazareo y la bendición sacerdotal

Números 6 enseña que la consagración a Dios es un llamado personal, voluntario y sagrado.

El voto nazareo era una expresión de amor y entrega, una forma de decir: “Todo lo que soy y tengo pertenece a Ti, Señor.”

Aunque el voto era temporal, simbolizaba una vida apartada del mundo para servir a Dios con pureza y devoción.

El cabello largo, la abstinencia y la separación de lo impuro reflejaban una vida distinta, visible ante todos, dedicada a la gloria divina.

Hoy, los creyentes no hacemos votos nazareos en sentido literal, pero el principio permanece:

Dios nos llama a una vida de santidad y entrega total (Romanos 12:1).

Separarse del pecado, mantenerse puros y vivir bajo la dirección del Espíritu Santo son marcas del cristiano consagrado.

La bendición sacerdotal al final del capítulo resume el anhelo de Dios hacia Su pueblo:

que vivan bajo Su favor, Su cuidado y Su paz.

Estas palabras, pronunciadas por Aarón, se cumplen plenamente en Cristo, quien es nuestro Sumo Sacerdote y Príncipe de Paz.

En Él recibimos la bendición completa: la protección del Padre, la gracia del Hijo y la paz del Espíritu Santo.

  1. El voto nazareo: consagración especial a Dios (Números 6:1-8)
  • Jehová ordena a Moisés explicar el voto nazareo, que podía ser hecho por hombres o mujeres (v.2).
  • “Nazareo” significa separado o consagrado; era una dedicación temporal y voluntaria al servicio de Dios.
  • Durante el tiempo del voto, la persona debía:
    1. Abstenerse de vino y bebidas embriagantes, así como de cualquier producto de la vid (v.3-4).
    2. No cortarse el cabello, señal visible de su consagración (v.5).
    3. Evitar todo contacto con muertos, incluso familiares, para no contaminarse (v.6-7).
  • El cabello largo simbolizaba la fuerza espiritual y la dependencia total del Señor (v.8).

2. La contaminación accidental y la purificación (Números 6:9-12)

  • Si un nazareo se contaminaba accidentalmente al tocar un muerto, debía purificarse durante siete días (v.9).
  • El séptimo día se rapaba la cabeza, y al octavo ofrecía dos tórtolas o dos palominos al sacerdote:
    • Uno como sacrificio por el pecado.
    • Otro como holocausto (v.10-11).
  • Luego debía comenzar su voto nuevamente, como si lo anterior no contara (v.12).
  • Esto enseñaba que la santidad no tolera contaminación, y que todo servicio a Dios debe ser renovado con pureza.

3. El cumplimiento del voto nazareo (Números 6:13-21)

  • Al concluir el tiempo del voto, el nazareo debía presentarse en el tabernáculo con sus ofrendas:
    • Un cordero como holocausto.
    • Una cordera por el pecado.
    • Un carnero como ofrenda de paz.
    • Panes sin levadura, tortas amasadas con aceite y sus libaciones (v.14-17).
  • Después, el nazareo se rapaba la cabeza a la puerta del tabernáculo y ponía el cabello en el fuego bajo el sacrificio de paz (v.18).
  • Esto simbolizaba que su fuerza, su tiempo y su consagración habían sido entregadas completamente a Dios.
  • Finalmente, el sacerdote ofrecía todo como olor grato a Jehová, y el nazareo quedaba libre de su voto (v.20).

4. La bendición sacerdotal (Números 6:22-27)

  • Jehová ordena a Moisés que Aarón y sus hijos bendigan al pueblo de Israel con estas palabras:

    “Jehová te bendiga, y te guarde;
    Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia;
    Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz.” (v.24-26)
  • Esta triple bendición expresa la plenitud de la gracia divina:
    • Protección: “Jehová te guarde.”
    • Favor: “Haga resplandecer su rostro sobre ti.”
    • Paz: “Ponga en ti paz.”
  • Con esta bendición, el sacerdote ponía el nombre de Jehová sobre el pueblo, asegurando Su presencia constante (v.27).

Versículo clave de Números 6:

Habla a Aarón y a sus hijos, y diles: Así bendeciréis a los hijos de Israel, diciéndoles: Jehová te bendiga, y te guarde. Números 6:23-24

En este capítulo, Dios establece dos temas importantes: el voto del nazareo y la bendición sacerdotal. El voto nazareo era una consagración especial, en la que una persona se apartaba voluntariamente para dedicarse por completo al Señor, absteniéndose de ciertas cosas como símbolo de pureza y entrega. Era una expresión de amor y devoción total a Dios.

Pero el capítulo culmina con uno de los pasajes más hermosos de toda la Biblia: la bendición sacerdotal, pronunciada por Aarón sobre el pueblo. Estas palabras no eran una simple fórmula, sino una proclamación del favor divino. Dios mismo prometía bendecir, guardar, iluminar con su rostro y dar paz a su pueblo.

El versículo clave —“Jehová te bendiga y te guarde”— nos recuerda que toda bendición genuina proviene de Dios. Él cuida, protege y llena de gracia a quienes le pertenecen. Y en Cristo, esta bendición alcanza su plenitud, pues somos cubiertos por la gracia, la paz y la luz del Señor todos los días de nuestra vida.

Oración:

Señor, gracias porque tu bendición me alcanza y me guarda cada día. Ilumina mi vida con la luz de tu rostro y lléname de tu paz. Quiero consagrarme a ti con todo mi corazón, como un nazareo espiritual, apartado para tu gloria. Gracias por bendecirme con tu presencia y por poner tu nombre sobre mi vida. En el nombre de Jesús, Amén.