Versículo diario comentado: Efesios 4:1-3

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Versículo:

Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados, con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz. Efesios 4:1-3

Comentario:

El Señor tiene propósitos específicos para cada uno de nosotros de manera individual. Pero también tiene metas universales para todos los creyentes, como la búsqueda constante y perseverante de la humildad.

Una mentalidad humilde no es solo una manera saludable de vernos a nosotros mismos; es una actitud de siervo que reconoce nuestra total dependencia del Señor. Filipenses 2:3 nos enseña: “Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo”. En orden de prioridad, Jesús va primero, los demás después, y nosotros al final.

Como creyentes, hablamos con frecuencia de amar a otros, perdonarlos y tratarlos con bondad. Pero la raíz de todas esas acciones es la humildad. Solo cuando aprendemos a ver el valor que Dios otorga a cada persona y comprendemos la magnitud de Su amor y perdón, podemos amar y perdonar genuinamente. Efesios 4:32 lo confirma: “Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo”.

Si solo pensamos en cómo nos sentimos, en lo que nos conviene o en obtener beneficio propio, no estaremos reflejando el amor de Jesús. Pero cuando la humildad es nuestra meta, el amor, el perdón y la bondad brotarán naturalmente.

Oración:

Señor amado, enséñame a vivir con humildad y a depender completamente de Ti. Ayúdame a ver a los demás con tus ojos, a servirlos con amor sincero y a perdonar como Tú me has perdonado. Que cada pensamiento y acción refleje tu carácter y tu gracia. Haz que la humildad sea mi senda y que el amor fluya de mi corazón por tu Espíritu. En El Nombre de Jesús, Amén.