Guerrero de Dios: Una persona de convicción

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No destruyas la obra de Dios por causa de la comida. Todas las cosas a la verdad son limpias; pero es malo que el hombre haga tropezar a otros con lo que come. Bueno es no comer carne, ni beber vino, ni nada en que tu hermano tropiece, o se ofenda, o se debilite. Romanos 14:20-21

Una persona de convicción está segura de que lo que cree es verdad. En contraste, muchos basan sus creencias en las circunstancias o en lo que otros opinan. Pero cuando esas situaciones cambian, también cambian sus convicciones, su lealtad y su fe.

Veamos dos ejemplos bíblicos de hombres que se mantuvieron firmes en sus convicciones. José, a pesar del trato injusto que sufrió, nunca vaciló en su compromiso con los principios de Dios. Su fidelidad lo colocó en el momento y lugar correctos para asegurar la supervivencia de Israel (Génesis 50:20). De igual manera, Daniel, viviendo en una tierra idólatra, ganó el respeto y la confianza de los reyes extranjeros por mantenerse firme en sus creencias (Daniel 1:19-20).

Como estos héroes de la fe, las convicciones piadosas resisten los vientos cambiantes de la opinión pública y las presiones del entorno. Si estamos firmemente arraigados en la Palabra y confiamos en lo que Dios ha dicho, podremos mantenernos firmes. La confianza en el Señor produce el valor para resistir cualquier adversidad.

En lugar de seguir nuestras propias preferencias o emociones, elijamos vivir conforme a convicciones fundamentadas en la verdad de las Escrituras. A través de la oración y el estudio constante de la Palabra, el Padre celestial nos fortalecerá con convicciones firmes que resistirán cualquier prueba.

Reflexión personal:

¿En qué áreas de tu vida necesitas reafirmar tus convicciones según la Palabra de Dios? Pídele al Señor que te dé el valor de permanecer firme, aun cuando los demás no lo hagan.

Señor, ayúdame a vivir con convicciones firmes que honren Tu verdad. Que mi fe no dependa de las circunstancias, sino de Tu Palabra inmutable. En el nombre de Jesús, Amén.