Biblia Devocional en 1 Año: Éxodo 40

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Éxodo 40 – La dedicación del tabernáculo y la gloria de Jehová

Éxodo 40 marca el culmen del libro y del pacto entre Dios e Israel. Después de la liberación, las leyes y la construcción del tabernáculo, llega el momento más glorioso: Dios habita en medio de Su pueblo. La nube y la gloria que llenan el santuario confirman Su aprobación y Su presencia constante.

Cada detalle del tabernáculo había sido obedecido “tal como Jehová lo mandó”, mostrando que la obediencia exacta abre el camino a la presencia divina. La gloria no desciende sobre el esfuerzo humano, sino sobre la fidelidad al diseño de Dios.

La nube y el fuego representan la dirección y protección divina. Dios no solo habita entre Su pueblo, sino que lo guía y acompaña en cada paso del camino. Este capítulo nos enseña que la meta de la vida espiritual no es solo hacer cosas para Dios, sino vivir en Su presencia constante.

Finalmente, el tabernáculo es una sombra del propósito eterno cumplido en Cristo: “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros, y vimos Su gloria” (Juan 1:14). Lo que en Éxodo era una tienda, en el Evangelio se convierte en una persona: Dios mismo habitando con nosotros.

  1. La orden de levantar el tabernáculo (Éxodo 40:1-15)
  • Jehová ordena a Moisés levantar el tabernáculo el primer día del primer mes del segundo año (v.1-2).
  • Debía colocar el arca del testimonio, cubrirla con el velo y disponer todos los utensilios en su lugar:

    • La mesa con el pan de la proposición.
    • El candelero con sus lámparas encendidas.
    • El altar del incienso delante del arca.
    • El altar del holocausto y el lavacro en el atrio (v.3-8).
  • Moisés debía ungir con el aceite santo el tabernáculo y todos sus objetos, para consagrarlos (v.9-11).
  • Aarón y sus hijos debían ser lavados, vestidos con sus vestiduras sagradas y ungidos, estableciéndolos como sacerdotes perpetuos (v.12-15).
  1. Moisés levanta el tabernáculo (Éxodo 40:16-33)
  • Moisés obedece exactamente como Jehová lo mandó (v.16).
  • El tabernáculo se levanta en orden:
    • Coloca las bases, tablas, barras, columnas y cortinas (v.17-19).
    • Pone el arca, el velo, la mesa, el candelero, el altar del incienso y el altar del holocausto (v.20-29).
    • Coloca el lavacro entre el altar y el tabernáculo, donde Moisés, Aarón y sus hijos se lavan antes de ministrar (v.30-32).
  • Finalmente, Moisés termina la obra y todo queda preparado según el diseño divino (v.33).
  1. La gloria de Jehová llena el tabernáculo (Éxodo 40:34-38)
  • Entonces una nube cubre el tabernáculo, y la gloria de Jehová lo llena (v.34).
  • Moisés no puede entrar, porque la presencia de Dios llena todo el santuario (v.35).
  • Desde ese día, la nube de Jehová reposaba sobre el tabernáculo de día, y el fuego brillaba sobre él de noche, guiando a Israel en todas sus jornadas (v.36-38).

Versículo clave de Éxodo 40:

Entonces una nube cubrió el tabernáculo de reunión, y la gloria de Jehová llenó el tabernáculo. Éxodo 40:34

El libro de Éxodo termina con una escena majestuosa: el tabernáculo ha sido terminado, Moisés lo levanta y consagra cada parte conforme a las instrucciones de Dios. Y cuando todo está en orden, la gloria del Señor desciende y llena el tabernáculo. La nube, símbolo de su presencia, cubre el lugar, y el fuego de su gloria se manifiesta entre el pueblo.

Este momento marca el cumplimiento del propósito de todo el libro: Dios no solo liberó a Israel de Egipto, sino que vino a habitar en medio de ellos. El éxodo no fue solo una salida, sino una entrada a una nueva relación: la presencia de Dios en el centro de su pueblo.

Este versículo nos enseña que cuando obedecemos la voz de Dios y le damos el lugar central en nuestra vida, su gloria llena nuestro “tabernáculo”. Él desea habitar en nosotros y manifestar su presencia de manera continua. Lo que comenzó con esclavitud termina con gloria, recordándonos que todo proceso en las manos de Dios termina bien.

Y hoy, gracias a Cristo, ya no necesitamos un tabernáculo físico, porque su gloria habita en nuestros corazones a través del Espíritu Santo.

Oración:

Señor, gracias porque tu gloria llena mi vida cuando camino en obediencia y consagro todo a ti. Gracias por tu fidelidad desde el principio hasta el final, porque siempre cumples lo que prometes. Habita en mí, Señor, y que tu presencia sea el centro de todo lo que soy y hago. Que mi vida sea un santuario donde tu gloria se manifieste y tu nombre sea exaltado. En el nombre de Jesús, Amén