Publicado por Éxodo 34 – Renovación del pacto y resplandor de Moisés
Éxodo 34 nos muestra a un Dios que, a pesar del pecado del pueblo, renueva Su pacto y reafirma Su misericordia. La proclamación de Su nombre revela un equilibrio perfecto: es justo y no tendrá por inocente al culpable, pero también es abundante en gracia, dispuesto a perdonar al que se arrepiente.
El resplandor del rostro de Moisés enseña que la comunión con Dios transforma visiblemente la vida. Quien pasa tiempo en Su presencia refleja Su gloria, aun sin darse cuenta. Esto anticipa lo que Pablo explica en 2 Corintios 3: que los creyentes, a diferencia de Moisés, contemplan a cara descubierta la gloria de Dios en Cristo, siendo transformados de gloria en gloria.
Este capítulo nos recuerda que el perdón de Dios restaura lo que el pecado destruye, y que la verdadera renovación espiritual viene de buscar Su presencia hasta reflejar Su luz en nuestra vida cotidiana.
1. Nuevas tablas del testimonio (Éxodo 34:1-9)
- Jehová ordena a Moisés labrar dos tablas de piedra como las primeras, que él rompió (v.1).
- Moisés sube temprano al monte Sinaí con las tablas en mano (v.2-4).
- Jehová desciende en la nube, proclama Su nombre y declara Su carácter:
“Jehová, Jehová, fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, grande en misericordia y verdad” (v.6-7).
- Moisés se inclina y suplica: “Vaya ahora el Señor en medio de nosotros… y perdona nuestra iniquidad y nuestro pecado” (v.9).
2. Renovación del pacto (Éxodo 34:10-28)
- Jehová promete hacer maravillas y echar de delante de Israel a los cananeos, amorreos, heteos, ferezeos, heveos y jebuseos (v.10-11).
- Se ordena destruir sus altares e ídolos, sin hacer pacto con esos pueblos para no caer en idolatría (v.12-16).
- Se establecen leyes sobre:
- No ofrecer sangre de sacrificio con pan leudado.
- Traer los primeros frutos de la tierra.
- No cocer el cabrito en la leche de su madre (v.18-26).
- No ofrecer sangre de sacrificio con pan leudado.
- Moisés permanece con Jehová 40 días y 40 noches, sin comer ni beber, y recibe las palabras del pacto en las tablas (v.28).
3. El rostro resplandeciente de Moisés (Éxodo 34:29-35)
- Al descender del monte, el rostro de Moisés resplandecía por haber hablado con Jehová (v.29).
- El pueblo temía acercarse, pero Moisés les habló y les transmitió los mandamientos (v.30-32).
- Después de hablar con ellos, se cubría el rostro con un velo, quitándoselo solo al entrar a la presencia de Jehová (v.33-35).
Versículo clave de Éxodo 34:
Y Jehová descendió en la nube, y estuvo allí con él, proclamando el nombre de Jehová. Éxodo 34:5
En este capítulo, Dios renueva su pacto con Israel después del pecado del becerro de oro. Moisés sube al monte con las nuevas tablas, y allí ocurre un momento glorioso: Jehová desciende en la nube, se manifiesta con su presencia, y proclama su propio nombre, revelando su carácter de misericordia, gracia, paciencia y fidelidad.
Este versículo resalta la iniciativa de Dios de acercarse al hombre. No fue Moisés quien buscó imponer condiciones, sino Dios mismo quien descendió y se reveló. La proclamación del nombre del Señor no fue solo un título, sino una demostración de quién es Él en esencia: un Dios santo y justo, pero también lleno de compasión y dispuesto a perdonar.
La lección para nosotros es clara: la verdadera transformación ocurre en la presencia de Dios. Moisés descendió del monte con el rostro resplandeciente, reflejando la gloria de aquel con quien había hablado. Cuando buscamos a Dios y nos exponemos a su presencia, nuestras vidas también son transformadas para reflejar su luz al mundo.
Oración:
Señor, gracias porque tú tomas la iniciativa de acercarte a mí y revelarte en tu amor y misericordia. Ayúdame a buscar tu presencia con un corazón humilde y dispuesto, sabiendo que allí encuentro transformación. Que mi vida refleje tu gloria, y que los que me rodean puedan ver en mí el resplandor de tu gracia. Haz de mí un testimonio vivo de tu fidelidad. En el nombre de Jesús, Amén.
