Biblia Devocional en 1 Año: Génesis 48

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Génesis 48 – Jacob bendice a los hijos de José

Este capítulo enseña que la bendición de Dios no depende de la tradición humana ni del orden natural, sino de Su soberanía.

  • Jacob, guiado por Dios, otorga la primacía a Efraín sobre Manasés, mostrando que el plan divino trasciende las expectativas humanas.
  • La inclusión de los hijos de José como tribus de Israel anticipa la multiplicación de la nación y confirma la fidelidad de Dios a Sus promesas.
  • Jacob, al final de su vida, reconoce la mano de Dios que lo acompañó en todo momento, y transmite esa fe como herencia a las generaciones futuras.

1. Jacob enfermo recibe a José y a sus hijos (Génesis 48:1-7)

  • José es informado de que su padre Jacob está enfermo y lleva a sus dos hijos, Manasés y Efraín, para que reciban la bendición (v.1-2).
  • Jacob, al verlos, recuerda la aparición de Dios en Luz (Bet-el), donde le prometió multiplicar su descendencia y darle la tierra como herencia perpetua (v.3-4).
  • Jacob declara que los dos hijos de José serán considerados como sus propios hijos, al mismo nivel que Rubén y Simeón, integrándolos en la herencia de Israel (v.5-6).
  • También menciona la muerte de Raquel, recordando su dolor y el lugar de su sepultura (v.7).

2. Jacob adopta a Efraín y Manasés (Génesis 48:8-16)

  • Al ver a los hijos de José, Jacob los recibe con afecto y declara: “No pensaba yo ver tu rostro; y he aquí Dios me ha hecho ver también a tu descendencia” (v.11).
  • José acerca a sus hijos para que Jacob los bendiga. Coloca a Manasés, el mayor, a la derecha de Jacob, y a Efraín, el menor, a la izquierda (v.12-13).
  • Pero Jacob cruza sus manos: su derecha la pone sobre la cabeza de Efraín, y su izquierda sobre la cabeza de Manasés, guiado por la dirección divina (v.14).
  • Jacob pronuncia una bendición invocando al Dios de sus padres Abraham e Isaac, al Dios que lo pastoreó toda su vida, y al Ángel que lo guardó de todo mal (v.15-16).
  • Bendice a los muchachos declarando que se multipliquen en gran manera sobre la tierra.

3. La inversión de la primogenitura (Génesis 48:17-22)

  • José intenta corregir a su padre al ver que coloca la mano derecha sobre Efraín, el menor, pero Jacob insiste en que así debe ser (v.17-19).
  • Explica que Manasés será grande, pero Efraín será mayor que él, y su descendencia formará multitud de naciones (v.19).
  • Israel bendice a José diciendo: “En ti bendecirá Israel, diciendo: Hágate Dios como a Efraín y como a Manasés”, poniendo a Efraín antes que a Manasés (v.20).
  • Finalmente, Jacob asegura a José que Dios estará con ellos y los hará volver a la tierra prometida, dándole además una porción especial más que a sus hermanos (v.21-22).

Versículo clave de Génesis 48:

Y dijo Israel a José: El Dios omnipotente me apareció en Luz, en la tierra de Canaán, y me bendijo. Génesis 48:3

En este capítulo, Jacob, ya anciano y cercano a la muerte, recuerda con José la experiencia en la que Dios se le apareció en Bet-el (Luz) y lo bendijo con la promesa de multiplicar su descendencia. Antes de morir, Jacob transmite esa bendición a los hijos de José, Efraín y Manasés, adoptándolos como propios. De esta manera, Jacob asegura que la promesa de Dios no se detiene con él, sino que continúa en la siguiente generación.

Este versículo nos recuerda la importancia de guardar memoria de los encuentros con Dios. Jacob no olvida el día en que el Señor le habló y le bendijo, y lo comparte como testimonio a sus hijos y nietos. La fe no es solo una experiencia personal, sino un legado que debemos transmitir para que otros se aferren a las promesas de Dios.

También vemos que la bendición de Dios no tiene límites. José probablemente no esperaba que sus hijos, nacidos en Egipto, recibieran la misma herencia espiritual que los demás hijos de Jacob. Pero Dios, en su gracia, los incluye. Esto nos enseña que el alcance de la bendición de Dios es mayor de lo que imaginamos, y que Él puede obrar más allá de nuestras expectativas.

Oración:

Señor, gracias por los momentos en que te has hecho presente en mi vida con tu bendición y tu dirección. Ayúdame a recordar siempre tus promesas y a compartir con otros lo que has hecho por mí. Enséñame a transmitir la fe como herencia espiritual a las generaciones que vienen detrás de mí. Que mi vida sea testimonio de tu fidelidad, y que mis hijos y mi familia conozcan al Dios que cumple lo que promete. En el nombre de Jesús, Amén.