Contenido
Génesis 37 – Los sueños de José y su venta como esclavo
Génesis 37 marca el comienzo de la historia de José, una de las más profundas narrativas de providencia divina en toda la Escritura.
- José es presentado como soñador, favorecido por su padre, pero odiado por sus hermanos, lo cual prepara el escenario para una serie de eventos donde Dios transforma el mal en bien (cf. Génesis 50:20).
- La traición de sus hermanos y su venta como esclavo son hechos dolorosos, pero parte del plan soberano de Dios para preservar a su pueblo en tiempos de hambre.
- Este capítulo también nos muestra los efectos destructivos del favoritismo, los celos y la envidia, tanto en familias como en comunidades.
Aunque José fue abandonado por sus hermanos, Dios no lo abandonó. En la cisterna y en Egipto, el Señor ya estaba preparando su exaltación. Este relato nos enseña que Dios puede usar incluso las traiciones más oscuras para cumplir sus propósitos, y que la fidelidad en medio del sufrimiento nunca es en vano ante los ojos del Señor.
1. Jacob habita en Canaán y ama a José (Génesis 37:1-4)
- Jacob se establece en la tierra de Canaán, donde su padre fue extranjero (v.1).
- Se destaca a José, de 17 años, como un joven pastor que informaba a su padre de la mala conducta de sus hermanos (v.2).
- Jacob amaba a José más que a todos sus hijos, por ser hijo de su vejez, y le hizo una túnica de diversos colores (v.3).
- Sus hermanos, al ver el favoritismo, le aborrecían y no podían hablarle pacíficamente (v.4).
2. Los sueños de José (Génesis 37:5-11)
- José cuenta a sus hermanos un sueño donde todos estaban atando manojos en el campo y el de él se levantaba, y los de sus hermanos se inclinaban ante el suyo (v.5-7).
- Esto aumentó el odio hacia él. Luego tuvo otro sueño, donde el sol, la luna y once estrellas se inclinaban ante él (v.9).
- Su padre lo reprende suavemente, pero guarda el asunto en su corazón, mientras sus hermanos lo envidian (v.10-11).
3. José es enviado a buscar a sus hermanos (Génesis 37:12-17)
- Jacob envía a José a buscar a sus hermanos, que estaban apacentando el rebaño en Siquem (v.13-14).
- Un hombre le indica que han ido a Dotán, y José los sigue hasta allí (v.15-17).
4. Los hermanos traman matarlo (Génesis 37:18-24)
- Al verlo venir de lejos, conspiran para matarlo, diciendo:
“He aquí viene el soñador… lo mataremos… y veremos qué será de sus sueños” (v.19-20). - Rubén interviene para salvarlo, proponiendo echarlo en una cisterna vacía, con la intención de rescatarlo después (v.21-22).
- Lo despojan de su túnica de colores y lo echan en la cisterna, que estaba vacía y sin agua (v.23-24).
5. José es vendido a los ismaelitas (Génesis 37:25-28)
- Mientras comían, ven pasar una caravana de ismaelitas. Entonces Judá propone vender a José en lugar de matarlo, pues era su hermano (v.25-27).
- Los hermanos aceptan, y José es vendido por veinte piezas de plata a los mercaderes que lo llevan a Egipto (v.28).
6. Rubén se lamenta y los hermanos engañan a Jacob (Génesis 37:29-36)
- Cuando Rubén vuelve a la cisterna y no encuentra a José, rasga sus vestidos en dolor (v.29-30).
- Los hermanos toman la túnica de José, la mojan con sangre de cabra, y se la llevan a Jacob, quien cree que una fiera lo devoró (v.31-33).
- Jacob llora profundamente por muchos días y se niega a ser consolado:
“Descenderé enlutado a mi hijo hasta el Seol” (v.35). - Mientras tanto, los madianitas venden a José en Egipto a Potifar, capitán de la guardia del faraón (v.36).
Versículo clave de Génesis 37:
Y sus hermanos le tuvieron envidia; mas su padre meditaba en esto. Génesis 37:11
Este versículo aparece luego de que José cuenta sus sueños, en los cuales todos sus hermanos —y hasta sus padres— se inclinan ante él. La reacción de los hermanos es clara: lo envidian. El corazón humano, cuando se ve amenazado por el favor que otro recibe, fácilmente se llena de celos. Pero Jacob, el padre, en lugar de reaccionar con dureza, guarda estas cosas en su corazón y reflexiona en silencio.
Esta escena marca el inicio de una cadena de eventos difíciles para José, quien terminará siendo vendido por sus hermanos. Sin embargo, desde el principio, vemos que Dios ya está sembrando señales de lo que hará con él. Los sueños eran anticipos del propósito divino, aunque nadie lo entendía plenamente en ese momento.
Este versículo nos habla de dos actitudes opuestas frente a lo que Dios hace en otros: la envidia y la meditación. La envidia nos ciega, nos endurece y puede llevarnos a cometer graves errores. Meditar, en cambio, nos lleva a observar, guardar silencio y esperar a que Dios revele su plan.
También nos recuerda que muchas veces, cuando Dios comienza a trabajar en nuestra vida, no todos lo entenderán o lo aceptarán. A veces, el favor de Dios atraerá oposición. Pero eso no significa que su plan haya fallado. Al contrario: Dios muchas veces permite la oposición para formar el carácter y conducirnos a nuestro destino.
José no entendía aún todo lo que vendría, pero Dios ya lo estaba preparando. Lo mismo hace con nosotros: siembra sueños que aún no comprendemos, pero que con el tiempo tendrán sentido.
Oración:
Señor, gracias por los sueños que siembras en mi corazón, incluso cuando no los entiendo completamente. Líbrame de la envidia y del juicio apresurado. Enséñame a meditar, a confiar, y a esperar en silencio lo que tú estás haciendo. Cuando otros sean favorecidos, ayúdame a alegrarme y a recordar que tú tienes un propósito único para cada uno. Y cuando yo sea incomprendido, recuérdame que tú estás conmigo, guiando cada paso. En el nombre de Jesús, Amén.