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Génesis 17 – El Pacto Eterno, el Cambio de Nombres y la Señal de la Circuncisión
Génesis 17 es un capítulo fundamental en la historia bíblica, pues establece de manera formal y visible el pacto eterno entre Dios y Abraham.
- Dios muestra que su fidelidad no depende de la edad, las circunstancias ni la lógica humana, sino de su poder y propósito eterno.
- El cambio de nombres refleja una nueva identidad y misión en la historia de redención.
- La circuncisión representa la necesidad de separación, obediencia y consagración, anticipando el llamado a vivir según los caminos de Dios.
- Aunque Abraham amaba a Ismael, Dios deja claro que su plan se cumplirá a su manera, y que la verdadera bendición vendrá por medio de la promesa sobrenatural.
Este capítulo nos enseña que Dios cumple lo que promete, exige fidelidad, y sella sus pactos con señales visibles, llamándonos a vivir en obediencia y confianza plena en su voluntad.
1. Dios Se Aparece a Abram y Reafirma Su Pacto (Génesis 17:1-8)
- A la edad de noventa y nueve años, Dios se le aparece a Abram y le dice:
“Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí y sé perfecto” (v.1). - Dios reafirma su pacto:
“Te multiplicaré en gran manera”, y cambia el nombre de Abram («padre enaltecido») por Abraham («padre de multitudes») (v.2-5). - Le promete que será padre de muchas naciones, y que de él saldrán reyes y pueblos (v.6).
- Establece un pacto perpetuo con Abraham y su descendencia, y promete darles la tierra de Canaán como posesión eterna (v.7-8).
Dios confirma que su pacto con Abraham es inquebrantable, eterno y con implicaciones globales.
2. La Señal del Pacto: La Circuncisión (Génesis 17:9-14)
- Dios ordena que la circuncisión sea la señal del pacto entre Él y Abraham (v.9-11).
- Todo varón debía ser circuncidado a los ocho días de nacido, incluyendo los siervos comprados o nacidos en casa (v.12-13).
- El varón incircunciso sería excluido del pueblo del pacto por haber quebrantado la alianza con Dios (v.14).
La circuncisión simboliza la consagración a Dios y la identidad como pueblo apartado para Él.
3. El Cambio de Nombre de Sarai y la Promesa de Isaac (Génesis 17:15-22)
- Dios cambia el nombre de Sarai («mi princesa») a Sara («princesa») (v.15).
- Le promete que Sara dará a luz un hijo, y que de ella vendrán naciones y reyes de pueblos (v.16).
- Abraham se postra y se ríe, diciendo en su corazón:
“¿A hombre de cien años ha de nacer hijo? ¿Y Sara, ya de noventa años, ha de concebir?” (v.17). - Abraham pide que viva Ismael delante de Dios, pero Dios responde:
“Sara tu mujer te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Isaac”, y con él establecerá su pacto perpetuo (v.19). - Dios también bendice a Ismael, prometiendo que será engrandecido y tendrá doce príncipes, pero el pacto será con Isaac (v.20-21).
Aquí se establece claramente que la promesa será cumplida por medio de un hijo milagroso, nacido conforme al plan de Dios, no a la iniciativa humana.
4. Abraham Obedece y Circuncida a Todos los Varones (Génesis 17:23-27)
- Ese mismo día, Abraham circuncida a su hijo Ismael, a todos los siervos nacidos en casa y comprados, y también a sí mismo (v.23-24).
- Abraham tenía noventa y nueve años, e Ismael trece, cuando fueron circuncidados (v.24-25).
Abraham responde con obediencia inmediata y total a la instrucción divina, marcando su casa como parte del pueblo del pacto.
Versículo claved de Génesis 17:
Y cambiaré tu nombre, y serás llamado Abraham, porque te he puesto por padre de muchedumbre de gentes. Génesis 17:5
Explicación:
Este versículo marca un momento de transformación para Abram, quien recibe el nuevo nombre de Abraham, que significa «padre de una multitud». Este cambio de nombre es más que una modificación superficial; es un símbolo de la promesa de Dios de que Abraham sería el padre de muchas naciones, como parte de un pacto eterno que Dios estableció con él. A través de este acto, Dios ratifica su promesa de hacer a Abraham una gran nación, a pesar de la edad avanzada de Abraham y su esposa Sara, que no tenían hijos.
Este pasaje subraya la fidelidad de Dios para cumplir sus promesas, sin importar las circunstancias. Nos recuerda que Dios tiene un propósito divino para cada uno de nosotros, y aunque nuestras vidas puedan parecer limitadas o inciertas, Dios está trabajando en nosotros y a través de nosotros de maneras que van más allá de lo que podemos ver.
Oración:
Señor, gracias por Tu fidelidad en cumplir Tus promesas. Ayúdame a confiar en Ti, sabiendo que Tú tienes un propósito perfecto para mi vida. Aunque no vea todas las respuestas ahora, ayúdame a caminar con fe, sabiendo que Tu plan para mí es mucho mayor de lo que puedo imaginar. En el nombre de Jesús, Amén.