Biblia Devocional en 1 Año: Apocalipsis 21

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Apocalipsis 21 – El Nuevo Cielo, la Nueva Tierra y la Nueva Jerusalén

Apocalipsis 21 describe la visión gloriosa y definitiva de la Nueva Jerusalén, el reino eterno de Dios, donde todo será restaurado y el mal será erradicado para siempre.

La presencia de Dios es el centro de esta ciudad celestial, donde no habrá más dolor, muerte ni sufrimiento. Esta es la promesa final de redención para aquellos que han sido fieles a Dios, representados por la novia del Cordero, la iglesia.

La ciudad perfecta con sus puertas abiertas y su luz eterna es un símbolo de la perfecta comunión con Dios, donde los creyentes vivirán en paz y santidad eternamente.

La pureza de la ciudad y la perfección de la adoración a Dios son una invitación a vivir en obediencia y pureza hoy, sabiendo que la esperanza futura es la realización plena de la gloria de Dios.

Este capítulo es un recordatorio de que la victoria final de Dios es segura, y el destino eterno de los creyentes es una existencia llena de gloria, paz y luz en la presencia de Dios y el Cordero.

  1. El Nuevo Cielo y la Nueva Tierra (Apocalipsis 21:1-2)

Juan ve un cielo nuevo y una nueva tierra, ya que el primer cielo y la primera tierra han pasado, y el mar ya no existe (v.1).

Esto indica que el antiguo orden de cosas, marcado por el pecado, el sufrimiento y la muerte, ha sido transformado por la obra redentora de Dios.

La nueva Jerusalén desciende del cielo, hermosamente preparada como una novia adornada para su esposo (v.2). Esta ciudad celestial es la morada de los redimidos, el reino eterno de Dios con su pueblo.

  1. La Promesa de Dios a Su Pueblo (Apocalipsis 21:3-8)

Una gran voz desde el trono de Dios declara que la morada de Dios está con los hombres, y Él habitará con ellos, siendo su Dios y ellos su pueblo (v.3).

Dios secará toda lágrima de los ojos de los creyentes, no habrá más muerte, ni llanto, ni clamor, ni dolor (v.4). Todo lo anterior ha pasado (v.4). Este es el cumplimiento de la promesa de la restauración y la paz eterna para los redimidos.

El que esté sediento recibirá gratuitamente de la fuente de agua de la vida (v.6).

Dios también promete que el vencedor heredará estas bendiciones, mientras que los cobardes, incrédulos, abominables, homicidas, fornicarios, hechiceros, idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago de fuego (v.8), que es la segunda muerte.

  1. La Descripción de la Nueva Jerusalén (Apocalipsis 21:9-21)

Uno de los siete ángeles con las siete copas le muestra a Juan la novia, la esposa del Cordero (v.9).

La nueva Jerusalén es una ciudad gloriosa que desciende del cielo, desde Dios, con la gloria de Dios (v.10-11).

La ciudad tiene una forma cuadrada, y mide 12,000 estadios (aproximadamente 2,200 km) de largo, ancho y alto (v.16). Esto simboliza la completitud y perfección de la ciudad.

Las 12 puertas de la ciudad son 12 perlas, y los 12 cimientos de la muralla de la ciudad están adornados con 12 piedras preciosas (v.12-21). Las puertas llevan los nombres de las 12 tribus de Israel, y los cimientos están grabados con los nombres de los 12 apóstoles del Cordero (v.14).

La ciudad no necesita sol ni luna, porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su luz (v.23). Esto refleja que Dios es la fuente eterna de luz y vida para su pueblo.

  1. La Pureza de la Nueva Jerusalén (Apocalipsis 21:22-27)

En la nueva Jerusalén no hay templo, porque Dios y el Cordero son su templo (v.22).

La ciudad será iluminada por la gloria de Dios, y las naciones caminarán a su luz (v.24).

Las puertas nunca se cerrarán, ya que no habrá noche (v.25), y las naciones traerán su gloria y honra a la ciudad (v.26).

Nada impuro entrará en ella, ni los que practiquen la abominación o la mentira, solo los que están escritos en el libro de la vida del Cordero (v.27).

  1. El Río de la Vida y el Árbol de la Vida (Apocalipsis 22:1-5)

El río de agua de vida fluye del trono de Dios y del Cordero, clarísimo como cristal, y a ambos lados del río está el árbol de la vida que da frutos doce veces al año y cuyas hojas son para la sanidad de las naciones (v.1-2).

Esto simboliza la plenitud y sanidad espiritual que los redimidos experimentarán en la presencia de Dios.

Los siervos de Dios verán su rostro y su nombre estará en sus frentes (v.4), lo que significa que vivirán en plena comunión con Dios, en una relación directa y perfecta.

No habrá más maldición, y los creyentes reinarán con Dios por los siglos de los siglos (v.5).

Versículo clave Apocalipsis 21:

Y vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. Apocalipsis 21:1

Este versículo nos da una visión de la restauración final de todas las cosas. Después del juicio final, Dios creará un cielo nuevo y una tierra nueva, un lugar donde el mal, el sufrimiento y la muerte no tendrán lugar. El primer cielo y la primera tierra han pasado, y lo que está por venir será una realidad perfecta en la que Dios reinará con justicia y paz eternamente. La ausencia del mar simboliza la eliminación de todo lo que separa o crea caos y destrucción en el mundo actual.

Este pasaje nos llena de esperanza, recordándonos que el sufrimiento y las dificultades temporales no son el fin de la historia. Dios tiene preparado para Su pueblo algo mucho más glorioso y eterno, donde viviremos en Su presencia sin el peso del pecado.

Oración:

Señor, gracias por la promesa de un cielo nuevo y una tierra nueva. Ayúdame a vivir cada día con la esperanza de lo que Tú has preparado para los que te aman. Que mi vida refleje esa esperanza, sabiendo que el sufrimiento de este mundo es temporal y que un día viviré en Tu perfecta paz. En el nombre de Jesús, Amén.