22 de Octubre: Nuestra fuente de consuelo

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(Lee al final el estudio contextual resumido de este devocional. Esperamos sea de bendición)

Palabra:

En la multitud de mis pensamientos dentro de mí, Tus consolaciones alegraban mi alma. (Salmo 94:19)

El salmista no sabe cuándo empezó a apoderarse de él la ansiedad. Fue un proceso lento. Pero se notaba la diferencia de un día a otro, de una semana a otra. Cuanto más se multiplicaban sus miedos, preocupaciones y ansiedades, y cuanto más se prolongaban, mayor se hacía su ansiedad. Hasta que perdió todo el control de la situación y cayó bajo el dominio de la ansiedad.

Fueron días difíciles y dolorosos, de intenso sufrimiento. Era una perturbación emocional que parecía indicar la presencia de un conflicto, tal vez causado por la injusticia reinante, la corrupción generalizada, la cantidad despreciable de gente apartada del Señor.

Antes de que la presión se hiciera insoportable, Dios le visitó y le liberó. De ahí su oración de gratitud: «En la multitud de mis pensamientos dentro de mí, Tus consolaciones alegraban mi alma.» (Sal 94,19).

Lo que ocurrió no fue causado por un cambio externo, sino interno. No fue el mundo el que cambió. El cambio se produjo en el interior: la ansiedad natural fue derrocada por el consuelo sobrenatural. De poco sirvieron los esfuerzos anteriores del salmista. Necesitaba la gracia misteriosa que viene del trono de Dios e invade cada rincón de su alma. En el trono que antes ocupaba la ansiedad, la gracia de Dios entronizó la tranquilidad, de cuya existencia el salmista no dudaba. Pues, en el mismo poema, ya se había referido a ella: El que es disciplinado y enseñado por el Señor sabrá cómo descansar en los días de aflicción (Sal 94,13).

Oración:

Padre Celestial, en medio de mis pensamientos ansiosos, tu presencia consoladora me trae tranquilidad y paz. Tus consuelos calman mi alma cansada. En medio de la confusión, encuentro descanso al saber que Tú me sostienes y me traes la paz. Gracias por tu amor perfecto e incondicional. En El Nombre de Jesús, Amén.

Resumen de Salmo 94

El Salmo 94 es una oración clamando por justicia y consuelo en medio de la opresión. El salmista invoca a Dios como juez de la tierra, pidiendo que se levante contra los impíos que oprimen al justo y al pobre. Denuncia la arrogancia de los malvados que piensan que Dios no ve ni entiende. Luego, afirma que Jehová conoce los pensamientos del hombre y que bienaventurado es aquel a quien Dios disciplina y enseña por medio de su ley, para darle reposo en tiempos difíciles. En los versículos finales, el salmista declara su confianza en que Dios no abandonará a su pueblo y será su refugio y fortaleza. En el versículo 19, expresa una profunda experiencia personal: “En la multitud de mis pensamientos dentro de mí, tus consolaciones alegraban mi alma.” Este salmo enseña que, aun en medio del caos y la ansiedad, la presencia de Dios trae consuelo y esperanza.

Referencias cruzadas de Salmos 94:19

  1. Salmos 23:4
    “Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento.”
  2. Isaías 26:3
    “Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado.”

Juan 14:27
“La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.”