(Lee al final el estudio contextual resumido de este devocional. Esperamos sea de bendición)
Palabra:
Y no oyeron ni inclinaron su oído; antes caminaron en sus propios consejos, en la dureza de su corazón malvado, y fueron hacia atrás y no hacia adelante. (Jeremías 7:24)
En el versículo de hoy vemos, que una de las características de la enseñanza de Jeremías es que diagnosticó la falta de voluntad de arrepentimiento de Israel como una condición firmemente arraigada en el corazón. Dios dijo lo siguiente sobre Israel: «este pueblo tiene corazón falso y rebelde; se apartaron y se fueron.» (5.23); «todos ellos son rebeldes, porfiados» (6.28). De hecho, gran parte de este mal comportamiento se debía a la «dureza de su corazón» (7.24). Jeremías repite esta frase al menos siete veces.
Y puesto que la raíz del problema está en el corazón, Jeremías insiste en que no hay remedio humano capaz de curarlo. Aunque todo el pueblo de Judá se lavara con sosa y abundante jabón, la mancha de su iniquidad permanecería (2:22). Igual que el etíope no puede cambiar de piel ni el leopardo sus manchas, Judá es incapaz de hacer el bien porque está acostumbrado a «hacer el mal» (13:23). Puesto que el pecado de Judá ha sido escrito con estilete de hierro y grabado con punta de diamante, no puede borrarse (17:1). Además, el corazón es más engañoso que cualquier otra cosa, y desesperadamente corrupto (17:9). Estas cuatro imágenes ilustran vívidamente el hecho de que no existe cura humana para el pecado. Es como una mancha que no se puede erradicar, como la pigmentación de la piel que no se puede cambiar, como un grabado que no se puede eliminar y como una enfermedad que no tiene cura. Sólo Dios puede cambiar el corazón humano.
Jeremías clama entonces: «Lava tu corazón de maldad, oh Jerusalén, para que seas salva.» (4:14), pero sabe que no puede hacerlo. Por eso espera el día en que Dios establezca una nueva alianza con su pueblo y escriba su ley en sus corazones, como prometió (31:31-34). En otras palabras, les dará un corazón nuevo (32:39; Ezequiel 36:26). Esta promesa se cumple hoy maravillosamente cada vez que alguien experimenta el nuevo nacimiento.
Seamos cada día una nueva creación, nazcamos de nuevo transformando nuestro corazón, un poco más con cada amanecer, y El Señor, poco a poco, hará de nosotros, la mejor versíon que Él desea que seamos, siempre para su mayor honra y gloria.
Oración:
Señor, crea en mí un corazón limpio y renueva un espíritu recto dentro de mí. Arranca toda dureza y rebeldía que me impida oír Tu voz, y escribe Tu ley en lo más profundo de mi ser. Lávame con Tu gracia y transfórmame cada día, para que mi vida refleje Tu amor, y mi corazón sea tierra fértil donde florezca Tu voluntad, hoy y siempre. En El Nombre de Jesús, Amén.
Resumen de Jeremías 7
Jeremías 7 contiene el conocido “Sermón del Templo”, donde el profeta, por mandato de Dios, se pone a la puerta de la casa de Jehová para exhortar al pueblo de Judá. Les llama al arrepentimiento verdadero, no solo a confiar en el templo como símbolo de protección. El pueblo creía falsamente que, por tener el templo de Dios entre ellos, estaban seguros, aunque vivían en pecado, robando, asesinando y adorando ídolos. Dios les advierte que si no cambian su conducta, el templo será destruido como el de Silo. En los versículos 21-28, Dios rechaza sus sacrificios vacíos porque no van acompañados de obediencia. En el versículo 24, se lamenta que su pueblo no escuchó su voz ni inclinó su oído, sino que siguió los designios de su mal corazón. Jeremías 7 muestra que la verdadera relación con Dios requiere obediencia, justicia y sinceridad, no solo rituales religiosos.
Referencias cruzadas de Jeremías 7:24
- Salmos 81:11-12
“Pero mi pueblo no oyó mi voz, e Israel no me quiso a mí. Los dejé, por tanto, a la dureza de su corazón; caminaron en sus propios consejos.” - Zacarías 7:11-12
“Pero no quisieron escuchar, antes volvieron la espalda y taparon sus oídos para no oír, y pusieron su corazón como diamante, para no oír la ley ni las palabras que Jehová de los ejércitos enviaba por su Espíritu.”
Romanos 10:21
“Pero acerca de Israel dice: Todo el día extendí mis manos a un pueblo rebelde y contradictor.”