14 de Noviembre: La forma en que Dios nos habla

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(Lee al final el estudio contextual resumido de este devocional. Esperamos sea de bendición)

Palabra:

Y se le apareció el Ángel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza; y él miró, y vio que la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía. (Éxodo 3:2)

A lo largo de la vida, todos enfrentamos momentos de distracción en los que parece difícil escuchar la voz de lo divino. En estas ocasiones, a veces Dios opta por comunicarse a través de situaciones excepcionales que capturan nuestra atención de manera imposible de ignorar.

Consideremos el caso de Moisés, cuya historia se relata en el capítulo 3 del libro de Éxodo. A pesar de su educación y crianza real, Moisés se encontró desterrado en el inhóspito desierto, sumido en sentimientos de sorpresa, miedo, frustración y orgullo. No obstante, Dios tenía planes grandiosos para él y decidió utilizar un método inusual para llamar su atención: una zarza en llamas. Lo que resulta aún más asombroso es que Dios eligió hablar con Moisés a través de esta manifestación inusual.

La Biblia nos proporciona otros ejemplos similares, como el caso de la asna de Balaam, a la que Dios dotó del don del habla (Números 22.28). En ocasiones, Dios nos sorprende de maneras que no podemos pasar por alto, obligándonos a detenernos, observar y escuchar.

Es valioso aprender a reconocer la presencia de Dios en todas las circunstancias, ya sean extraordinarias o cotidianas. Al dedicar tiempo a la lectura de su Palabra y a la oración, desarrollamos la capacidad de percibirlo con mayor claridad. Entonces, independientemente de si nos encontramos en momentos de gran dicha o de abrumadora dificultad, es prudente dar un paso atrás y buscar la perspectiva divina, invitando a Dios a ayudarnos a comprender la situación desde su punto de vista.

Oración:

Señor, que prevalezca Tu dirección y Tu guía sobre mis propios deseos y decisiones. Tus planes son perfectos y serán siempre los mejores para mi vida. En El Nombre de Jesús, Amén.

Resumen de Éxodo 3

Éxodo 3 relata el llamado de Dios a Moisés desde la zarza ardiente, un momento decisivo en la historia de Israel. Mientras pastoreaba las ovejas de su suegro Jetro en el desierto, Moisés llega al monte de Dios, Horeb. Allí, en el versículo 2, “se le apareció el Ángel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza; y él miró, y vio que la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía.” Este milagro despierta la atención de Moisés y se convierte en una manifestación de la presencia divina. Dios lo llama por su nombre y le revela su plan de liberar a Israel de la esclavitud en Egipto. Moisés, temeroso y consciente de su incapacidad, recibe la promesa de que Dios estará con él. Este capítulo muestra la santidad, el poder y la misericordia de Dios, quien llama y capacita a los suyos para cumplir Su propósito.

Referencias cruzadas de Éxodo 3:2

  1. Hechos 7:30-31
    “Pasados cuarenta años, un ángel se le apareció en el desierto del monte Sinaí, en una llama de fuego en una zarza… y se acercó para observar, vino a él la voz del Señor.”

  2. Deuteronomio 33:16
    “Con lo mejor de la tierra y su plenitud, y la gracia del que habitó en la zarza venga sobre la cabeza de José.”

Isaías 63:9
“En toda angustia de ellos él fue angustiado, y el ángel de su faz los salvó; en su amor y en su clemencia los redimió.”