07 de Noviembre: El consuelo de Dios

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(Lee al final el estudio contextual resumido de este devocional. Esperamos sea de bendición)

Palabra:

Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados. (Isaías 57:15)

Todos tenemos una dirección. Cuando llenamos un formulario de inscripción, tenemos que mencionarla. Algunas personas tienen más de una dirección. A menudo, por motivos de trabajo, necesitan desplazarse entre una ciudad y otra, dejando en ambas el lugar donde pueden ser localizados. El versículo de hoy afirma que Dios también tiene más de una dirección. Él habita en el tiempo y en el espacio. El tiempo es la eternidad y el espacio es el cielo, un lugar alto y santo. Pero El Señor tiene otras direcciones. También mora en los que están contritos y abatidos.

Esta verdad es evidente en las oraciones registradas en los Salmos. Se trata de un libro que habla de Dios, de su grandeza, de su poder, de su amor y de su interés por nosotros. En los Salmos encontramos una palabra apropiada y de consuelo para cada uno sin importar la adversidad de la situación. Podemos estar tristes y desanimados, incluso deprimidos, o alegres y eufóricos; enfadados o agradecidos; enfermos, incluso en nuestro lecho de muerte, o con buena salud; decepcionados y arrepentidos o regocijados por grandes logros personales alcanzados, y con muchos más planes por llevar a cabo, y en libro de los Salmos, encontraremos siempre un pasaje que refleje nuestra emoción y nuestros pensamientos.

Los Salmos, sin embargo, hablan de un modo especial a quienes se sienten contritos y bajos de espíritu, trayendo el consuelo de Dios y renovando sus espíritus y esperanzas. En el Salmo 51, el rey David, basándose en su propia experiencia, declaró: «Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios» (v. 17). La palabra hebrea traducida como «contrito» significa «aplastado». En nuestro camino hacia el reino del Señor, nos enfrentamos a tentaciones, luchas y presiones de todo tipo. A veces nos sentimos así: aplastados. En esos momentos debemos acordarnos de Nuestro Padre Celestial. Aunque nuestros amigos no puedan o no dispongan en el momento, de los medios para ayudarnos, podemos contar con Él. Nuestro amado Padre que con los brazos abiertos estará complacido de estar con nosotros y acudir en nuestra ayuda.

Oración:

Señor, gracias por esperarme con los abrazos abiertos, cuando en la prueba, pierdo la esperanza y las fuerzas para luchar, y las recupero, con Tu amor y Tu consuelo, que pueden sanar cualquier herida. En El Nombre de Jesús, Amén.

Resumen de Isaías 57

Isaías 57 es un mensaje de contraste entre los justos y los impíos, y una revelación del carácter misericordioso de Dios. El capítulo inicia lamentando que los justos perecen sin que nadie lo considere, aunque en realidad son librados del mal venidero y entran en la paz. Luego denuncia la idolatría del pueblo, que había abandonado al Señor para seguir prácticas paganas y vergonzosas. Dios, a través del profeta, reprende la hipocresía y el corazón endurecido de Israel, mostrando que la confianza en los ídolos no puede traer salvación. Sin embargo, en el versículo 15 aparece un mensaje de esperanza: el Altísimo, que habita en la eternidad, también mora “con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes y para vivificar el corazón de los quebrantados.” El capítulo culmina con la promesa de paz para los que se arrepienten, y la advertencia de que no hay paz para los impíos.

Referencias cruzadas de Isaías 57:15

  1. Salmos 34:18
    “Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón; y salva a los contritos de espíritu.”

  2. Isaías 66:2
    “Pero miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a mi palabra.”

  3. Mateo 5:3-4
    “Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación.”